Nuestro querido amigo y compañero de la Mesa Estatal del Frente Cívico Somos Mayoría nos deja estas interesantes reflexiones
Fuente: eldiario.es
Tras los resultados de las elecciones autonómicas y
municipales, caben múltiples interpretaciones y lecturas según desde el
ojo desde donde se mire. Personalmente, los resultados los miro desde
los ojos de un activista social afectado por la crisis y la hipoteca,
que ha participado en los llamados movimientos sociales emergentes de
estos últimos cinco años.
Sin estos movimientos
sociales como la PAH, las mareas ciudadanas, el 15M, las Marchas de la
Dignidad, el trabajo de base del sindicalismo alternativo como el que
practica el SAT entre otros, el movimiento estudiantil, las huelgas
generales y un largo etc., no estaríamos en un nuevo escenario político.
Son muchas las personas que han formado parte del corazón y la cabeza
de la conflictividad social de estos años, que ahora van a estar en los
ayuntamientos o parlamentos autonómicos. El exponente más conocido es
Ada Colau, pero hay un sinfín de activistas que ahora forman parte de
una nueva generación de representantes políticos, que van a trabajar al
servicio de otras políticas a favor de la gente y no al servicio de los
caciques locales de turno.
De momento –lo cual me alegra enormemente- de las cosas
más importantes que se están poniendo sobre la agenda son la
paralización de los desahucios sin alternativa habitacional, y los
niveles de exclusión social y vida precaria de nuestros barrios. Hay que
hablar mucho de la microeconomía de las familias, de sus necesidades,
de su presente y futuro. Sí, de nuestro futuro. Llevamos demasiado
tiempo oyendo hablar de los problemas de los bancos y de cómo
rescatarlos, demasiado tiempo hablando de la macroeconomía. Es hora de
hablar de la microeconomía, de cómo se nos rescata a los millones de
personas a las que esta crisis nos ha destrozado la vida.
Un ambicioso plan de rescate ciudadano hace falta en nuestro país como
paso previo para recuperar la economía. Quienes han pretendido “salvar
el país” a golpe corrupción, devaluación de salarios, reformas
laborales, recortes sociales de todo tipo o privatizaciones, han
fracasado y lo han pagado en las urnas. No lo suficiente aún, pero lo
han pagado.
Hace falta también un plan de
recuperación de derechos sociales perdidos, pero para eso tenemos que
seguir movilizándonos en la calle, y sobre todo, conseguir que las
reivindicaciones que hemos puesto los movimientos emergentes sobre la
agenda tengan una potente representación en forma de mayoría en el
parlamento.
Ahí esta la pregunta del millón: ¿Se
puede obtener esa mayoría a tan solo unos meses de las elecciones? Si,
rotundamente sí. ¿Cómo? Con generosidad, unidad y programa ambicioso,
creíble para la ciudadanía, concentrado en medidas urgentes para salir
de la crisis de forma independiente a los dictados de la Troika y los
llamados gobiernos en la sombra, que son los mercados.
¿Con qué contamos? Contamos con un partido plural en construcción que
es Podemos, que supo leer antes de las europeas la fase en la que
estábamos y recogió parte de la ola de indignación que se expresaba en
la calle en forma de conflictividad social. Contamos con unos resultados
electorales a partir de las candidaturas de unidad popular cuya máxima
expresión son las encabezadas por Manuela Carmena y Ada Colau, por ser
de grandes ciudades con mucha proyección mediática como Madrid y
Barcelona, pero a lo largo y ancho del país se han construido cientos de
candidaturas en pocas semanas que han sido la sorpresa y que traen
mucho viento fresco tras de sí.
Contamos también con
miles militantes de base de algunas formaciones de izquierdas cuyas
direcciones no han sabido –o lo que es peor, no han querido- leer la
nueva fase en la que estamos, así como las necesidades de la mayoría de
la población, y solo se han movido en clave de supervivencia de sus
aparatos y de sus estatus.
Contamos igualmente con
miles de activistas y cuadros sociales que se han curtido en las luchas
sociales, en condiciones muy difíciles, que han sido capaces de levantar
movimientos desde la nada y cuyas reivindicaciones han llegado al
corazón de la mayoría de la gente. ¿Se puede crear con todo eso –que no
es poco- un tercer espacio capaz de darle la vuelta a la tortilla? Sí se
puede, rotundamente sí. Pero para construir ese tercer espacio sobra la
prepotencia, la soberbia y el sectarismo que hemos sufrido estos
últimos meses por parte de sectores de Podemos, que con los resultados
de las autonómicas parece que bajaran del cielo al terreno de las
personas comunes y mortales.
Falta humildad, mucha humildad, y
saber gestionar la enorme diversidad que hay en las izquierdas, e
incluyo en esta etiqueta a Podemos. SÍ, las izquierdas, porque creo que
con la aparición de ciudadanos el eslogan de ni de derechas ni de
izquierdas ha quedado fuera de juego. El llamado viaje hacia el centro y
hacia la moderación –alejándose de sus orígenes de frescura rupturista-
no lleva a Podemos a ninguna parte. Me consta que en Podemos hay
quienes quieren o querían un 'PSOE bis', y lo que es peor, hay otros que
buscaban una especie de nueva UCD. Hay quienes han estado más
preocupados de sacarle más votos a IU que al 'PPSOE', y todo eso puede
llevar a convertir a Podemos en una IU refundada con un poco más de
porcentaje, y no a un frente amplio de cientos de miles de personas
organizadas que actúen de motor de cambio de país, en el cual puedan
caber muchas gentes de identidades y procedencias distintas.
Creo interpretar que Pablo Iglesias y parte de su equipo ha captado
todos estos problemas. Los últimos grandes discursos de fin de campaña,
como el de Aragón, entre otros, están llenos de contenidos fácilmente
entendibles y nada ambiguos. Pablo y parte de su equipo saben muy bien
manejar los gestos, las puestas en escena, y mucha de las cosas que hace
o dice no son casualidades: jugar al futbol con una camiseta
republicana no es casualidad o descuido. Digamos que 'el compa' Pablo
iglesias y otros 'compas' del equipo central de Podemos han demostrado
ser “los reyes de los gestos”.
Conozco a Pablo
iglesias antes de ser el Pablo Iglesias que no puede pisar la calle sin
guardaespaldas y sin que lo paren a cada momento. Pablo tiene que volver
a ser el Pablo “fresco, rupturista y canalla” de antes, y como quienes
le conocemos de antes sabemos que su coeficiente y olfato es superior a
la media, posiblemente sepa que si quiere ser el presidente de este país
tiene que construir ese tercer espacio con todos los elemento,s más
otros que se me escapan, que he descrito antes.
El
problema es si se quiere construir un partido institucional al uso, lo
cual no tiene nada de nueva política, o se quiere construir un 'partido
movimiento'. Esto último si es nueva política. Construir un potente
movimiento de base socio-política profundamente enraizado en los barrios
y en todos los sectores de las clases trabajadoras y capas medias, eso
sí que es nueva política… Y un tercer espacio, ¿Con qué marca? Miedo me
da esta pregunta porque conociendo tantos santorales que llevamos las
izquierdas, somos capaces de tirarnos de aquí hasta cerca de las
elecciones discutiendo de tales cosas y no de contenidos y de cómo
llegar a todos los rincones con los mensajes de cambio. Con el lio de
marcas -muchas de ellas decididas en el último momento- con las que nos
hemos presentado a las municipales, ha sido casi una suerte que en
tantos municipios hayamos sido la sorpresa.
Para mí,
la marca electoral y el espacio de confluencia para las elecciones
generales es Podemos, teniendo en cuenta que en pocos meses
-posiblemente antes de lo previsto- llegarán las urnas y no tenemos
tiempo de inventar la pólvora, que ya esta inventada. Después de este
frenético ciclo electoral ya se verá. Ahora de lo que se trata, creo, es
de que Podemos y afines se superen a sí mismos. Por cierto, cuando digo
afines me refiero a algo sencillo de entender: sin la ola Podemos,
¿hubieran tenido el éxito que han tenido muchas de las candidaturas
municipalistas? Probablemente no, aunque es de justicia decir que en
bastantes lugares, sectores de Podemos han sido un tapón para que otras
candidaturas de confluencia pudieran ponerse en marcha o tener mejores
resultados. De esto último no están libres sectores de IU que también
han sido verdaderos tapones para que surja lo nuevo. Sin embargo en
lugares como Madrid, Barcelona o la Marea Atlántica, entre tantos,
muchos sectores de podemos y de IU sí han sabido estar a la altura que
las necesidades de confluencia requerían.
Por otra
parte, hay que recordar de la fórmula de confluencia en Podemos ya se ha
practicado por parte de Equo, Convocatoria por Madrid o la CUT en
Andalucía: nadie ha perdido su identidad ni su autonomía, y todos han
salido muy bien parados de tal experiencia.
En fin,
que 'compas' Pablo Iglesias, Ada Colau, Manuela Carmena, Tania Sánchez,
Yolanda Diez, Teresa Rodríguez, Alberto Garzón, Julio Anguita y tantas
otras personas imprescindibles, ayuden a crear ese tercer espacio para
ganar las próximas elecciones generales, o al menos pegarle un buen
susto al poder real, y 'déjense de hostias'. Otras personas de base
desde nuestros pueblos, barrios y 'citys' también sabemos cómo hacerlo,
pero necesitamos el motor central.
Las próximas
elecciones las ganará quien sea capaz de conectar con la indignación, el
estado de malestar y los deseos de cambio que hay en todos los rincones
del país, y quienes sean capaces de llegar al corazón de la gente, y
eso se consigue generando ilusión, emoción, sentimientos, alternativas
concretas y punto.
¿Quién de los y las de abajo no
está de acuerdo con el lema de “pan, trabajo, techo y dignidad”, que
reivindicamos en las carreteras y que culminó con una de las
manifestaciones más masivas de los últimos treinta años? ¿Qué ciudadano o
ciudadana no está de acuerdo con la reivindicación de paralización de
los desahucios sin alternativa habitacional y sin deuda perpetua? ¿O que
la sanidad y la educación sean públicas y universales y no se
privaticen ni se recorten? ¿Cómo recuperar los derechos perdidos? ¿Cómo
acabar con la creciente pobreza y exclusión social? ¿Cómo recuperar el
sector publico privatizado y ponerlo al servicio de la sociedad? ¿Cómo
conseguir que estos mensajes y otros prendan y generen una enorme bola
de nieve, que nos lleve a un formidable cambio de correlación de fuerzas
en el Parlamento que permita cambiar el país?
Tercer espacio, oiga, tercer espacio.
3 comentarios:
tenemos una gran oportunidad pero debemos eliminar nuestras diferencias, hacer un frente común, ir en el mismo bote y remar todos en la misma dirección
Mi tocayo Jose Coy ha puesto el dedo en la llaga,y ha echo un análisis exacto de la situación,IU a sido tratada como gente de la CASTA,y eso es un insulto para muchos luchadores por la democracia que hay en sus filas,la euforia y el puritanismo que invadió Podemos después de las Europeas a sido excesivo,aunque sobre todo en Andalucía tenían motivos después de los nefastos tres años de apoyo al PSOE,el comportamiento de IU en la ta deseada convergencia,tambien deja mucho que desear,¿Y yo me pregunto habremos aprendido algo de todos estos comportamientos,seremos capaces de rectificar,desechar los comportamientos raros,y buscar alternativas para una confluencia de todas las fuerzas de izquierdas? necesitamos un cambio,ahora o nunca,dejemos la prepotencia y a ver si por una vez somos capaces de hacer algo positivo. jomama 30/05/2015
Cuidado con confundir prepotencia con argumentos veraces que mantengan las líneas ideológicas en contra del capital y sus dinámicas. Sin esas líneas no hay cambio posible. Seria un teatro que no serviría para nada.
La convergencia y la unidad solo pueden llevarse a cabo bajo pasos hacia delante enmarcados dentro de una lucha anticapitalista, que vallan a ir desembocando en la dilapidación del propio capital y las relaciones que impone a la mayoría de seres humanos en todo ámbito imaginable.
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