Juan Rivera
Colectivo Prometeo y FCSM
Carlos Cano, in memoriam
Si
comparamos los problemas que asfixiaban a nuestra tierra hace
cuarenta años con los actuales da la sensación que el Sistema nos
utiliza como fichas prescindibles de un juego de la Oca. En él
aparentemente avanzamos pero cuando se supone que podríamos llegar
al Paraíso caemos en la casilla de la Muerte y nos obliga a empezar
desde el inicio.
Pareciera
que entramos en bucle y volvemos una y otra vez a la salida en el “
lado de los perdedores”.Es nuestra constante histórica.
Una canción sepultada durante décadas en mi memoria, escuchada
por casualidad hace unos días, me regaló el recuerdo de un
concierto al que asistí a finales de los 70. Fue en mi pueblo,
agro-ciudad andaluza de unos veinte mil habitantes, famosa porque el
latín aligeró las bromas del posible gentilicio, cuna de un afamado
escritor decimonónico, del único ministro franquista que al parecer
era capaz de arrancarle una sonrisa al sanguinario dictador y
reivindicada en nuestros días por un conocido locutor deportivo.
Allí
votan mayoritariamente al PSOE en las elecciones autonómicas,
generales y , a veces, en las locales,circunstancia totalmente
compatible con la de mantener una pulsión marcadamente
conservadora. En lo que entonces hacía las veces de recinto ferial
varios centenares de personas escuchamos al cantautor que en ese
momento encarnaba la esencia de la “canción protesta” andaluza. Nuestro admirado y añorado Carlos Cano aún no era el estandarte
de la reivindicación de la copla .
En
esas fechas su discografía era breve. Con seguridad tenía en el
mercado “ A duras
penas” (1975) y “ A
la luz de los cantares”
( 1976) y puede que estuviese también o a punto de salir “Crónicas
granadinas” ( 1978).
Ni me importa la exactitud del dato ni me entristece que la
invocación traiga adosada la añoranza de un momento en el que
creímos posible construir un futuro mejor, lo que nos llevó a
protagonizar dos gigantescas movilizaciones a favor de un
autogobierno entre y para iguales
los días 4 de diciembre de 1977 y 1979. La ilusión nos hizo
superar, gracias a la extraordinaria implicación ciudadana, las
trabas puestas por el gobierno central en el referéndum del 28 de
febrero de 1980 y conseguir una autonomía equiparable a las “
históricas” reguladas por el artículo 151 de la Constitución.
Me
entristece sin embargo repasar hoy la letra de“
La murga de los Currelantes”,
una de las canciones del segundo disco y
confirmar -para nuestra desgracia- la vigencia de lo allí escrito:
- El ” María coge las riendas de la Autonomía” dio paso al PSOE, partido / régimen envidia del PRI, inmune a escándalos, corrupciones, Eres...Al final, solo o con muletas a las que termina fagocitando ( PA/ IU/ Ciudadanos), siempre gestiona el BOJA.
- Oír “ Marcelo que los paraos quieren currelo” chirría al mirar las estadísticas del Servicio Público de Empleo.
- “ Maroto siembra la tierra que no es un coto/ Falote que ya está bien de chupar del bote” invita directamente a la carcajada si paseas por unos campos trufados de letreros con la leyenda “ Coto privado de caza. Prohibido el paso” u ojeas las subvenciones entregadas por la UE a los grandes latifundistas. Mientras engorda día a día -son ya centenares- la nómina de sindicalistas del SAT condenados a penas de cárcel por pedir pacíficamente Reforma Agraria a la par que son machacados con multas gubernativas y leyes mordaza.
- Y la estrofa“ Ramón hay que acabar con tanto bribón” terminó convertido en un oximorón sabiendo que mientras los honestos son perseguidos los corruptos campan a sus anchas y se reproducen como conejos.
- Con la traca final de los deseos ocurre lo mismo “ sacabe el paro ( 983.504 registrados en agosto de 2015 según el servicio andaluz de empleo,30'98% de tasa) y haiga trabajo (para los que lo consiguen sin derechos, precario, mal remunerado tras las reformas laborales del PP-PSOE), escuela gratis (con miles de interinos despedidos en la Enseñanza pública tras aplicar los recortes, sin reducirse nunca, más bien al contrario, la asignación y porcentaje a los centros concertados religiosos), medicina y hospital ( caso similar a la enseñanza, “medicamentazos”, “externalizaciones” y Sanidad vista no como derecho sino como negocio, incluidos), pan y alegría nunca nos falten ( centenares de miles de desahucios, servicios sociales desbordados ante la demanda, exponencial aumento del porcentaje de pobreza), que vuelvan pronto los emigrantes (el nieto universitario desempolva ahora la maleta que el abuelo jornalero paseó por Suiza, Holanda, Francia y Alemania ), haiga cultura y prosperidad ( de fondo la televisión ilustra con el enésimo programa de vísceras, protagonizado por pechos de silicona y músculos moldeados por esteroides)
Me permitiría recordarte una obviedad: los andaluces del siglo XIX
-XX siempre hemos estado más cerca de las necesidades de los
millones de personas obligadas a emigrar en África, Asia o América
que de la vivencia del Oligarca, aunque éste haya tenido la habilidad
de imponernos su visión gracias a su hegemonía económica y a ser
dueño de todos los medios de difusión ideológica.
En todas las casas de la clase trabajadora andaluza ha sonado el “
adiós” de la despedida amarga, en todos los andenes de Europa
hubo ( hoy vuelven) emigrantes aferrados a un papel con la dirección
del primo, del hermano o del amigo que dio primero el salto buscando
un futuro.
Por ello da miedo pensar que dentro de 38 años alguien escuche la
canción y al desempolvarla vuelva a constatar que sigue en vigor y
que los peones han vuelto a perder la partida y están otra vez en
la casilla de salida.
No
es sin embargo tiempo de desesperanza. Estamos inmersos en un
proceso histórico en el que si conseguimos mantener y acrecentar la
movilización social y la respuesta ciudadana ante las tropelías del
Poder, crearemos las condiciones que reviertan el sino, el
estigma sempiterno. Empleando todas las armas a nuestro alcance,
también la del voto.
Si
lo logramos puede que por fin deje de sonar la desgarradora frase de
una de sus canciones de "A duras penas”: “ Viva
la grasia
de Andalucía con
pasaporte de emigración”
6 comentarios:
Precioso escrito, como siempre, amigo Juan. Somos muchos los que, a pesar de tener aquellas canciones de Carlos Cano (hasta que lo sedujo el juntaletras Antonio Burgos con las coplas) como vinilos de cabecera y añoranza perenne, casi preferimos no oirlas precisamente por ese bucle maldito que mencionas. Así, que:
"Manué! ¿con el cacíque qué vas a hacer?
pos le vamos a dar con el tran tracatrán pico pala -ichimpón!-
y a currelar parabán parabán parabán pan pá."
Y cuando menos falta nos hacia otra vez la peineta pa Andalucía. Eso también lo cantaba Carlos. Bueno que una vez más das en la tecla. Y nos aclaras las ideas.
Precioso pero por desgracia real como la vida misma
La esperanza y la vida me llevan hacia la frontera,
Y es así que me veo cruzando los montes de Francia
Mientras lejos se queda mi gente, mi pueblo, mi casa,
y mis ojos con tanta amargura que me avergüenzo.
Juan, si sigues así, harás que volemos impulsados por los mejores sentimientos.
"Cada vez que dicen patria, pienso en el pueblo y me pongo a temblar" dice en su canción "Tango de las madres locas".
También nos conmueve cuando dice "Ser libre es peligroso" o "Los sueños son como las estrellas, nos hacen levantar la cabeza".
Gracias al vibrante egabrense que remueve conciencias.
No aprendemos. Y si nosotros no lo hacemos ellos tampoco. Y siguen con la demagògia, el populusmo y el no atreverse con Los intocables. Gràcias Juan
Publicar un comentario