viernes, 11 de diciembre de 2015

Otras visiones, otras lecturas: Las razones del “perro del hortelano”

R
Rafael Juan Ruiz
Quiero, antes de entrar en materia, aclarar que, en este escrito, en vez de usar la dualidad de género o la arroba (@), lo haré por completo en género femenino. En los momentos que vivimos debe dejar de sonarnos a gilipollez el apoyar, de cualquier forma que veamos lógica y útil, meter en nuestras cabezas machistas pequeños chips que nos obliguen a hacer el esfuerzo de integrar, hasta la igualdad absoluta, el lenguaje, la vida, las costumbres, … Todo. Además, debería ser el femenino el género que nos englobara en el lenguaje. Entre otras muchas razones, todos y todas somos personas, que es una palabra con el femenino como género. Pero, sobre todo, porque cualquier pequeño o gran detalle es imprescindible para acabar con una sinrazón alimentada intencionadamente por aquellas a las que voy a aludir a continuación, con la inestimable y estrecha colaboración de la inmensa mayoría de religiones. Esta forma de hablar y de escribir lleva siendo usada por mucha gente y colectivos hace mucho tiempo, pero, claro está, han sido ridiculizadas, unas veces por desconocimiento, otras veces por lo extraño que sonaba, pero, las más de las veces, para seguir perpetuando el machismo en nuestra sociedad.
Desde hace casi diez años, tengo la suerte de participar en el Colectivo Prometeo. En unos momentos de absoluta orfandad a la hora de poder hacer algo por cambiar la actual sociedad, en que la fuerza política en la que siempre milité se había convertido en una rémora para mi ciudad, en un instrumento inútil para una nueva realidad en Andalucía (un poco más tarde incluso se convirtió en muleta de quienes manejan con garbo el cortijo) y en un elemento hueco de debate y trabajo a todos los niveles, me encontré con mi amigo Juan Rivera, le trasladé mi frustración y me invitó a asistir a una reunión.
Desde entonces, cada dos miércoles, me reúno con un grupo, cada vez más amplio, de personas con un origen y unos objetivos comunes, con muchos matices, pero que nos obligan a buscar lo mejor de cada una de ellas. Y quedarnos con lo que nos une. Y lo que nos une es que, hagamos lo que hagamos el día que haya que ir a votar, el resto del tiempo lo invertimos en intentar crear músculo social.
Por eso organizamos charlas y foros continuamente; por eso expresamos nuestra opinión en nuestros medios y aquellos que quieren hacerse eco; por eso creamos el Frente Cívico “Somos Mayoría”; por eso participamos en la Acampada Dignidad; por eso promovimos las Marchas de la Dignidad; por eso hemos intentado (sin éxito) la unidad popular no desde lo electoral, sino desde lo social.

Sobre todos estos temas, sobre la actualidad económica, social y política, damos nuestra opinión, colectiva o, cuando toca, individual. Por eso, unas veces tenemos unas “amistades” y otras veces las contrarias. Es decir, y hablando claro, siempre hay quién nos da “estopa”. Cuando es del enemigo, nos sube la moral. Cuando son las “amistades” las que nos insultan, es más doloroso.
Y, luego, el día de las votaciones, cada cual hace lo que entiende mejor. Anteayer supimos por este blog que un compañero llama a votar a Podemos. Ayer supimos de otro que votará a Alberto Garzón (literalmente) Hoy sabrán de otro que no va a ir a votar, con lo que se granjeará “dobles, triples y cuádruples amistades”.
Intentaré, como siempre lo hacemos, explicar mis motivos. Acertados o errados pero siempre hechos desde la mayor honestidad que me es posible. Y lo haré, para más claridad, punto por punto:
  1. Estamos en puertas de lo que, de forma obscena, llaman “fiesta de la democracia”. Así la llaman pomposamente todos aquellas que han hecho de la representatividad su forma de vida: la mayor parte de partidos políticos y los sindicatos institucionales. Para mí, sin embargo, no hay mejor “fiesta de la democracia” que la que ejercemos a diario toda la ciudadanía consciente, crítica, combativa, solidaria. La gente que cumplimos con nuestra obligación de personas, que se preocupan por su sociedad y por la situación general de la mayoría de la población. Es la democracia participativa, despreciada por las antes mencionadas, que nos tachan de todo, incluso de terroristas, a quienes creemos y participamos de la lucha diaria por un mundo mejor.
  2. Esa actividad continuada y diaria es la que cambia la sociedad de verdad. Pero es muy difícil. Estamos acomodadas. Nos han metido en el alma que “mejor no meterse en nada”, “que para eso están ellas”. Y nos ponen en bandeja miles de entretenimientos: fútbol, televisión basura, noticias manipuladas, … Incluso la persona que no tiene nada que llevar a su casa asume su nulidad a la hora de poder influir en su futuro. ¡Es increíble! Ahora, que está tan de moda (afortunadamente) Antonio Gramsci, recomiendo encarecidamente la lectura de su “Odio al indiferente”. Pues bien, personalmente entiendo que no hay futuro, por muchas “salvadoras políticas” que aparecieran y ganaran elecciones por mayoría, hasta que esa mayoría de la población se ponga de acuerdo en qué tipo de sociedad tenemos que construir. Y, esa mayoría, claro está, la formamos las clases trabajadoras, las pensionistas, las estudiantes, las pequeñas y medianas empresarias, las autónomas. Y, algún día, tendremos que decidir si, al igual que las fortunas usan de marionetas a los gobiernos, nosotras haremos algo mucho más democrático, que es estar atentas a lo que hacen para tumbar decisiones injustas con la mayoría de la sociedad al día siguiente de que salgan a la luz.
  3. Entiendo que no tenemos más solución que tender a cambiar las formas de gobierno. Todas las que hasta ahora se han puesto en práctica han terminado en formas fallidas, que lejos de representar y gestionar el bien común, han derivado en prácticas autoritarias (muchas criminales) e inhumanas. Sé que no es algo que se pueda hacer de un día para otro, pero, al igual que entiendo que no hay más solución que la politización de todos y cada una de nosotras en el sentido original y “bueno” del término, también creo que hay que ir creando pequeñas comunidades autosuficientes que rompan los esquemas de monopolización del poder, del consumo, del uso de los recursos del planeta. Pequeñas comunidades que utilicen el intercambio de bienes y de servicios, que se autogestionen y autofinancien, que practiquen un modo de vida antagonista a lo vivido en las últimas décadas, es decir, pegado y respetuoso con el planeta, no basado en la felicidad consumista sino en la alegría de la comunidad y en el bienestar del ser humano.
  4. Entre las manipulaciones y negaciones que nos imponen, está la de ridiculizar el vocabulario que les hace daño. ¿Cómo vamos a llamarnos los trabajadores sino clase obrera o trabajadora? Pues si lo usas, te dicen que eres una anticuada. Que ya no hay clases y que eso lo usaban las comunistas, que eran demonios. Sin embargo, sí que parece ser que hay “clase política”, algo que jamás existió porque las políticas no deberían ser sino trabajadoras que, durante un período, se dedican a esa actividad. O la palabra “sistema”. Cada vez que la usamos, nos tachan de “antisistema”, adornándonos con toda clase de adjetivos a cuál más ridiculizante y más descalificador: terroristas, perroflautas, alborotadoras, desestabilizadoras, … Bien, pues yo insistiré: este sistema político, basado en el capitalismo feroz e inhumano, al que no le importa que, en el momento de mayor riqueza en el planeta, millones de personas mueran, vivan en la indigencia, en la insalubridad, en las guerras continuas para imponer sus beneficios, ese sistema, hace todo lo posible para sostenerse. Y, como ya no pudo mantener más tiempo el que solo las personas ricas pudieran tener acceso o votar a los gobiernos, se cuidan, y mucho, que a ellos lleguen las que tienen que llegar o tener opciones de llegar. Y cuando algunas de esas a las que permiten que lleguen están en tal fase de descrédito porque han sido descubiertas en la realidad en la que se mueve este sistema (robo, muertes, terrorismo de estado, corrupción de todo tipo, figuras trasnochadas y acaudaladas en negocios color turbio opaco oscurísimo) entonces, renuevan a las personas. El más claro ejemplo, el del Borbón que nos reina (¡¡¡sigue resultándome increíble que esta dinastía esté reinando en España con su historial, y más aún que hayan conseguido, a pesar de ese pasado, pero, sobre todo, su presente, que sean bien vistos por las españolas!!!) Pero, hay más. ¿De verdad no se ve claramente que lo que se está produciendo en la “renovación” política no es sino una nueva “restauración a la española”, es decir, un cambiar todo para no cambiar nada?
  5. ¿Alguien aún se cree que si los cuatro que estuvieron el día 7D en el debate televisivo supusieran un problema para el sistema (lo siento, pero sigo usando el vocabulario de la RAE) hubieran estado en él? ¿Cuatro de los que, dos, no tienen un solo voto en las anteriores elecciones generales y sin embargo aparecen, contradiciendo la ley electoral? ¿Después de ver que quitan de en medio a quien antes no llamaban porque no era de los más votados y que es de quién tienen un poco de más miedo? Es más triste que todo eso. No sólo nos recomponen el puzzle dándonos las fichas que ellas eligen para que las encajemos en un tablero marcado, cual bebés de pocos meses, sino que, en este país, en pleno siglo XXI, en el que la información fluye con libertad por las redes, va a haber en torno a veinte millones de personas que van a votar a las mismas que nos han llevado, al mundo entero, al borde del colapso económico, social y ecológico. A las que nos tienen en el paro, en los trabajos miserables (precarios ya es “un piropo”), las que nos quitan la vivienda, las que nos dejan sin sanidad, las que eliminan la educación pública y universal, las que matan en guerras a diario a cientos de miles de personas por intereses económicos, las que están destruyendo el planeta (¿o no vemos raro ir en manga corta en pleno diciembre sin paraguas?), las que nos fabrican una sociedad cada día más asfixiante e inhabitable. Esas, que siempre aplican las mismas recetas que fracasan insistentemente como si no hubiera otra cosa que hacer, van a tener, insisto, más de veinte millones de votos.
  6. Pues bien. NO EN MI NOMBRE. No voy a votar a nadie que haya hecho esto. Por eso nunca votaré a PP ni a PSOE. Ni a nadie que, claramente, lo va a hacer; y por eso no votaré a Ciudadanos (además de por otras muchas cosas, que darían para otro escrito) Ni a quienes, si les damos un mes más, habrán superado en actitudes y propuestas a estos tres partidos; por eso no votaré a Podemos (les doy sinceramente las gracias por quitar a mi amigo Antonio Manuel Rodríguez de la lista por Córdoba y evitarme tener que votarlo con la pinza en la nariz); ni a quienes, a pesar de tener una historia y trayectoria de lucha, truncada, eso sí, hace más de una década, se basan solo y absolutamente en la figura de quién, sin la menor duda, es el político de más calidad y honestidad, Alberto Garzón. Hablo de IU, quien, en vez de hacer la mayoría social de la que hablaba al principio, han ido dilapidando una maravillosa afiliación que ha salido despavorida ante el apoyo al PSOE en los momentos de recortes; o, ante el apoyo a CCOO que, en mi opinión y también me daría para otro escrito, es, junto a UGT, el mejor títere que tiene el sistema para desarticular a la clase trabajadora.
  7. NO EN MI NOMBRE. Por lo dicho, pero, sobre todo, porque, lejos de ejercer un derecho, me siento que justifico, legitimo, un sistema corrupto alejado de la democracia. No apoyo la democracia yendo a votar en un sistema en el que lo único que quieren que hagamos es eso, votar, y crear a la “clase política”. Si, algún día, la ciudadanía conseguimos lo que ahora se llama empoderamiento y somos conscientes de que tenemos realmente la capacidad de influir en nuestras vidas, habremos llegado a una plenitud democrática, en la que votar será lo que debe ser: un instrumento para elegir a quienes van a gestionar lo que la gente decide a diario. Y, entonces, pasará lo que pasa cuando nos toca elegir presidenta de la comunidad de vecinas: que será obligado, nadie querrá serlo. Mientras tanto, estamos inmersas en una absoluta farsa y en un sistema que juega en contra de las clases populares. Y, por eso, y porque nadie me va a poder decir que no ejerzo todos los días de mi vida la política, el 20D voy a ejercer mi derecho, tan respetable y, creo que más útil, derecho a no votar.
No estoy diciendo que no existan partidos políticos, ni que no haya elecciones políticas. Creo que, para quien quiera entenderlo, está bien claro lo que quiero expresar. Seguiré con el ejemplo de la comunidad de vecinos: no me sirve de nada una presidenta que haga lo contrario de lo que queremos las vecinas, por lo que estaremos todos los días viendo en qué gasta las cuotas y qué normas de convivencia propone para, ese mismo día, si ha gastado dinero en poner una lámpara en el portal que es un dispendio inútil, frenarla. Porque, si espero a que toque cambiar de presidenta, a lo mejor me he tenido que mudar por ser insostenible seguir viviendo en ese bloque de pisos. Eso sí, la presidenta, que será la “que más quiere a la comunidad” me tachará de poco patriota si decido irme. Por eso, cuando gente como Willy Toledo dice que se ha ido de España porque no puede soportar lo que aquí pasa, le dicen de todo. Porque se va a Cuba. Julio Iglesias, Alejandro Sanz, Antonio Banderas, y un larguísimo etc, que se van a Miami, donde coincidiremos que viven mejor que en Cuba, son unos grandes patriotas, a pesar de que no vemos ni un céntimo de sus impuestos.

Ahora, nuestras “amistades”, ya tienen más motivos para darnos “estopa” a las del Frente Cívico y el Colectivo Prometeo. Nos dirán todas las lindezas que publican en las redes, y aquellas que van diciendo por donde van dando mítines o acompañando a quienes dan los mítines. Es la estrechez de quién no mira más allá de sus intereses, sean altruistas o no. A mí, que nací políticamente en el PCE y en IU, a los que hace ya tiempo que no pertenezco, siempre me enseñaron a escuchar los argumentos de las demás, respetarlos, debatirlos y crear mayoría en lo que nos une. Para otras, todo lo que no sea lo que ellas piensan, hay que crucificarlo. Así que, volveremos a ser traidoras y “perros del hortelano” para unas. Para otras, seguiremos siendo unas trasnochadas que no entienden “la nueva política centralizada”. No caeré en la demagogia de decir que, si nos dan por un lado y por otro, es señal que tenemos razón. Eso tampoco es cierto per se, y lleva al error crónico. Eso sí. Seamos lo que seamos, dormimos todos los días a pierna suelta con nuestra conciencia, equivocada o no, pero muy tranquila.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

La conciencia en prosa. Plenamente de acuerdo con todo. Solo el que sea coherente y fundamente sus explicaciones de la realidad en la honestidad y raciocinio más inteligente podrá esperar, a la larga, que dicha coherencia de sus frutos en lo que a sociedad humana se refiere.

El resto, serán confundidos, por el ajeno a ellos, con los propios fariseos. Lo serán porque, en ultima instancia, nadie puede gestionar toda la información veraz necesaria para establecer una sociedad masiva.

No sé quien es el autor, no le conozco, pero este sí es un ser humano digno si el texto coincide tanto con su práctica como con su ideología. Con su forma de vida.

Unknown dijo...

Indudablemente es un argumento de peso, pero también es un acto de rebeldía votar a un partido de los llamado "anti sistemas". El no votar sería un acto Indiferente, y eso precisamente es lo que no queremos.

Anónimo dijo...


"Félix Gavilán tal dijo"

El "no votar" no es un acto indiferente. Porque hay personas que nada quieren saber del sistema criminal que está impuesto, y son plenamente coherentes con no participar del mismo.

Si esos que se llaman "de izquierdas" y dicen luchar contra el capital asumen las vías falaces que los propios capitalistas les estipulan, no estarán sino defendiéndolo.

Ya lo veréis el 20D, y los restantes 1500 días de otra gobernanza capitalista. Pues, al parecer, asumís como esencial la existencia de un sistema falaz de decisión, donde el Capital subyace dirimiendo prácticamente todos los procesos.

Esa es la realidad, mal que le pese a los "izquierdistas"

Asumís sistemáticamente las condiciones del enemigo, y sistemáticamente seréis derrotados porque el enemigo así os lo ha estipulado y vosotros lo habéis asumido, teatralizando una posibilidad de victoria real que nunca existirá de esa forma.

Anónimo dijo...



“ ni a quienes, a pesar de tener una historia y trayectoria de lucha, truncada, eso sí, hace más de una década, se basan solo y absolutamente en la figura de quién, sin la menor duda, es el político de más calidad y honestidad, Alberto Garzón. Hablo de IU, quien, en vez de hacer la mayoría social de la que hablaba al principio, han ido dilapidando una maravillosa afiliación que ha salido despavorida ante el apoyo al PSOE en los momentos de recortes; o, ante el apoyo a CCOO que, en mi opinión y también me daría para otro escrito, es, junto a UGT, el mejor títere que tiene el sistema para desarticular a la clase trabajadora.” …..
Estoy de acuerdo con esto, y mas para mi que con mis diferencias siempre he estado bordeando el marxismo leninismo, de los que desprendemos azufre y nos comemos un niño pequeño para el desayuno, pero hoy IU es de lo mejorcito que hay con sus aciertos y sus desaciertos.
Por eso votare a Garzón y lo que no voy a hacer es quedarme en casa para favorecer a todos los de mas, y luego presumir de progre o revolucionario.
A IU se le critica de haber apoyado al PSOE en Andalucia y pienso que lo podría haber hecho mejor.
¿Pero a caso fue mejor en Extremadura dejando gobernar al PP?
En cuanto a lo de escribir en femenino o con la @ me parece una gilipollez y gorda. Tenemos un idioma que es como es, nos guste o no. Cuando decimos ratón, rata, perdiz, conejo, libre, etc. englobamos los dos géneros y lo de mas es darle mas vueltas a la perdiz y no por eso se defiende mas a la mujer.
Desde luego que si me dejaran el idioma a mi no lo iba reconocer ni la madre que lo pario, porque un idioma es para entenderse las personas y no para hacer el gilipollaz entreteniéndose mirando si lleva una hache o no, como si no hubiera nada mas que aprender.
Uno hablando en español y otro en alemán no se enteran, se necesita que hablen un idioma en común.
En otro tiempo la CNT proponía que ese idioma fura el esperanto. A mi parece bien.
Margara Tacher y Angela Merkel son mujeres y no por eso son menos hijas de puta que muchos hombres.
Antiguamente cuando las mujeres trabajaban de criadas, quien las puteaba por lo general era otra mujer.
Una de esas criadas era mi madre.
Comía en la misma mesa que los señores, pero mientras ellos comían el pan blanco de trigo, a ella le daban el pan negro de cebada. Y al perro le echaban el pan blanco de trigo.
A mi madre nunca le vi odio hacia aquellas personas y por tanto yo tampoco se lo tengo.
Pero a mi no se me va ha olvidar nunca.
Simplemente considero que las personas somos todas iguales en trato y en derechos y todo lo que se pueda hacer por erradicar la cultura machista que es una cultura dañina bien hecho esta.
Si alguien quiere crucificarme que lo haga, pero esa es mi opinión.

Unknown dijo...

Al sistema le da igual que no se vaya a votar, y además tiene mecanismos para cambiar la intención de voto. Pero si algún día nos ponemos de acuerdo, aunque solo sea en una cuestión, seguro que temblarían.