lunes, 11 de enero de 2016

Independentismo y PP

Manuel Delgado
FCSM
                                                           Las líneas rojas.
    España no se romperá por culpa de la expresión democrática de los catalanes. Cataluña está rota porque no se ha respetado la expresión inequívoca del plebiscito convocado el 27 de septiembre, donde el independentismo perdió. Hubo un 6% más de catalanes partidarios de la unidad que de la secesión.
    El gobierno que se ha pactado para traicionar esa voluntad tendría que tener una respuesta firme desde la propia sociedad catalana en defensa de la voluntad democráticamente expresada, como respuesta al reto de unas elecciones plebiscitarias.
    Tiene que tener una respuesta legal desde las propias leyes catalanas, que hoy exigen una mayoría cualificada de dos tercios de catalanes, en referéndum convocado al efecto, para modificar el Estatuto. Su propia legalidad, la que se han dado los catalanes y respetamos el resto de españoles, exige que se dé esa mayoría para derogar lo que con esa mayoría está vigente. 

Llegados a este punto, el Estado debe reconocer que hemos llegado aquí desde que el Tribunal Constitucional, a instancias del PP en la oposición, no respetó la voluntad de Cataluña y de las Cortes Españolas, de aprobar un Estatuto que reconocía la voluntad de Cataluña de llamarse nación catalana.
La ley es la expresión de voluntad de los pueblos a través de sus representantes. Sus representantes nunca pueden hacer leyes que vayan en contra de esa expresión de la voluntad popular y en contra del Estatuto de Cataluña, que tiene la fuerza de haber emanado de un referéndum con mayoría cualificada.
Dicho esto, la situación política no tiene sólo una respuesta legal. No puede quedar sólo en manos de jueces y de las fuerzas que hagan cumplir la legalidad. La incapacidad del PP, su culpabilidad en el aumento del independentismo, lo convierte en el peor representante de la voluntad de Unidad del resto de españoles y el peor defensor de la mayoría de catalanes que no quieren irse de España. Los resultados de las elecciones generales han dejado claro que hay una mayoría aplastante de catalanes que apuestan por resolver ellos mismos la situación política, democráticamente, apostando por la fraternidad de los pueblos de una España diversa. Ha sido tan clara la expresión, que el independentismo se ha desesperado en evitar que se repita en nuevas elecciones. Con el pacto, el secesionismo se ha querido salvar de una nueva decisión del pueblo catalán, que habría llevado al gobierno a quien ya es sabido que más lo representa: En Común Podem.
Ada Colau lo ha dejado claro: el independentismo ha huido de las urnas, porque tampoco reconoce a los catalanes el derecho a decidir.
Si todo esto está claro, ahora toca formar un gobierno de España que asuma una estrategia que sea reconocida por la mayoría social de catalanes. El PP en el gobierno ha sido el pirómano del fuego secesionista. No tiene a nadie como interlocutor en Cataluña. Rajoy y Albiol representan la España vieja y decadente.
Como dijo también Ada Colau, el PSOE tiene que decidir si Podemos construir un país donde el PP y el independentismo, sean, de verdad, las líneas rojas.
Debemos saber que está en juego la democracia en Cataluña y España, la respuesta verde del pueblo a su verdadera encrucijada: la democracia, los derechos y la dignidad o el imperio de los mercados.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero no habíamos que dado en que el culpable era Zapatero, por no haber aprobado en Madrid el estatuto que se había aprobado en Cataluña.
Pero mi alma de que higuera te has caído.
Los culpables son los llevan 35 años defendiendo el hecho diferencial en Cataluña. Y como no tienen un mar que los separe de España, ni un río enorme que no se pueda cruzar, o una montaña imposible de cruzar; ni un color distinto o una religión distinta, ni una historia distinta y para su desgracia el rey Felipe VI desciende de Wifredo el Velloso, de el conde Fernan Gonzalez de Castilla, del rey Bermudo I de Asturias de la familia de Don Pelayo y por poco no desciende de Iñigo Arista fundador del reino de Navarra. Solo pueden ser distintos por tener un idioma propio, algo a lo que se aferran todos los nacionalistas; que es muy natural que cada uno lo defienda, pero no que se utilice para separanos.
Y mientras tanto desde el PP asta los partidos comunistas, pasando por IU y el PSOE, sin preocuparse de la educación que se daba en Cataluña, ni de la propaganda que se ha hecho en TV3 en manos de un grupo de independentistas disfrazados corderitos nacionalistas, cuando no haciendole de palmeros.
Ahora que se incendia la casa pelearos para apagarla.
Que eso si lo sabéis hacer bien.

Anónimo dijo...

Al ultimo anónimo;
¿Acaso la libertad de decisión no es un derecho y una necesidad inalienable del ser humano?

Si los catalanes quieren tener estado, gobierno y proyecto común distinto al de España (cosa que, visto lo visto, y no hemos visto ni la punta del iceberg) tienen todo el derecho del mundo a ejercer dicho derecho.

¿O acaso hay que aguantar la infame destrucción de pruebas periciales de un procedimiento judicial para que el PPSOE no se vea involucrado en tantas cadenas de delitos mafiosos que tengan que entrar todos en bloque al régimen FIES?

Solo por este hecho, el estado de derecho español parece más bien de deshecho.