Jorge
Alcázar
FCSM y Colectivo Prometeo
Las líneas recogidas en este escrito tienen por objeto responder al
sr. Inocencio Arias, quien en un artículo publicado en el Diario
Córdoba semanas atrás (18/02/16), planteaba, y respondía asimismo,
cuánto pagaría Pedro Sánchez en un hipotético pacto de gobierno
con Podemos.
Es claro y notorio
cuales son las ideas políticas del sr. Arias, quien, como él mismo
reconoce, ha “defendido a España “durante 44 años, debido esto,
entre otras cosas, a que accedió a la carrera diplomática en el año
1967 (en pleno franquismo). Pero por si quedaban dudas, uno no tiene
más que leer lo dicho por él en el citado artículo. Para Arias, es
sorprendente que en el documento de trabajo del PSOE sólo se
dediquen “alambicadamente cinco palabras” al problema de la
integridad de España, mientras que se dedican páginas enteras a
cuestiones como cargos, euro, democratización de instituciones,
género o cooperación. Él, que ha defendido a capa y espada España
y su unidad, que se ha partido la cara por este país, no puede
entender que la cuestión de la integración no figure dentro de las
prioridades de pacto en este escenario político. La única
explicación -según el ex-embajador en la ONU- es el guiño que
Sánchez les hace a sus socios “podemitas”. Sin embargo, llaman
la atención los calificativos que el sr. Arias dedica a las otras
propuestas del documento. Para Arias, estas contienen “buenas
intenciones, no pocos brindis al sol, bastantes quimeras, y, a veces,
un voluntarismo zapateril”. Deseos formulados que tienen más de
“carta a los Reyes Magos de un crío de clase media que se cree
hijo de Bill Gates” que de documento político serio. Para este
señor, que se jugó una cena con su “colega” Corcuera que
consistía en apostar sobre con quién formaría gobierno Sánchez,
financiar lo propuesto en el documento de los socialistas es
“absolutamente irrealizable”, pues “lo ve cualquiera que sepa
hacer cálculos”. Me imagino la cara que habrá puesto cuando viera
lo planteado por Podemos, lo que no me imagino es a qué se refiere
con lo de saber hacer cálculos (¿cálculos a lo Barcenas?, ¿a lo
Rato?, ¿a lo Botín?, ¿a lo Troika?). Pero señor Arias, entonces,
¿cómo aportamos soluciones a los problemas que padece la sociedad
española?, ¿cómo terminamos con el paro y la precariedad laboral?,
¿cómo con los desahucios y la pobreza energética?, o ¿cómo
blindamos los servicios públicos de todos y para todos? ¿Tendremos
que inventar nuevas reglas de cálculo?
Está claro que para usted
estas cuestiones también son brindis al sol y quimeras. Está claro
que en su concepción de la política no cabe la premisa de ejercer
un ministerio por el bien común, en donde igualdad de derechos y
oportunidades, o justicia social y económica, sean la meta de las
acciones desarrolladas por un gobierno. Mientras, la unidad de España
debe aparecer en el frontispicio de lo real, realizable y necesario,
¿no?, sr. Arias. Pues mire, para mí, al igual que para usted, las
propuestas del PSOE son brindis al sol y quimeras, mas no por su
imposibilidad material de realización, si no por el sujeto del que
provienen, y ahí también coincido con su excelencia en lo del
voluntarismo zapateril propio de los artistas –que tan bien usted
identifica- del trilerismo político de izquierdas: Felipe y Guerra,
Leguina y Borrell, Susana Díaz, Fernández Vara, y el largo
etcétera. En esa enumeración de nombres, tan loados por su
excelencia, se recoge la más fiel tradición de lo que ha sido un
PSOE tan necesario para “su régimen y su España” y tan dañino
para la clase trabajadora de este, sí, mi país. Para mí, sr.
Arias, la unidad de España es una cuestión que, en comparación con
el exilio forzoso de mi hermano, la imposibilidad de jubilación de
mi padre autónomo, el desahucio de la familia de mi alumno, la lista
de espera que mi tía tiene que hacer para que le traten un posible
tumor, o la situación híper precaria que mis amigos tienen en el
curro, me la trae al pairo, sin sentirme menos español que usted. Es
más, por decirle, hasta la galopante corrupción que corroe a esta
“su España” o la mordaza continua ejercida sobre sindicalistas e
incluso sobre la misma Rita Maestre, mire usted por donde, me son un
“pelín” más prioritarios. Y está claro, y yo lo entiendo, que
usted defienda como un león la unidad de esta España -la suya- de
la oligarquía franquista y post franquista, de las élites y de la
Escopeta Nacional. Y entiendo de la misma forma, que en esa
concepción de España y su unidad, la defensa de los intereses,
necesidades y derechos de los españoles ante la Troika o “los
mercados” sea menos felina, pues cada cual lucha y defiende desde
su trinchera. Por tanto, siga usted luchando y partiéndose la cara
por lo que quiera, que viene a ser, según se desprende de sus
palabras y de su vida y obra, por sus intereses y los de su clase,
pero no pretenda de nuevo engañar a nadie con la tan manida, roída
y rancia unidad de España, situando el debate donde a usted y a los
suyos les interesa; pues desgraciadamente, ustedes, sus políticas y
sus privilegios, han conseguido unirnos a decenas de millones de
personas en la precariedad, la desigualdad y la pobreza. Basta ya.
1 comentario:
Imprescindible reflexión la de este escrito
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