José
Antonio Naz Valverde
Miembro
de Córdoba
Laica y Colectivo Prometeo
Ahora
que las personas normales tenemos que rascarnos el bolsillo para
pagar a hacienda, emerge en muchos una rabia contenida y una gran
indignación
de comprobar que "hacienda no somos todos", que como dijo
una responsable de la institución
recaudadora en el juicio de nuestra infanta, ese frase es sólo
un eslogan
publicitario. Si además
coincide la época
de pagar con la aparición
continúa
de casos de corrupción,
de malversación
de fondos públicos
y los dichosos papeles de Panamá,
con la lentitud en los juicios en los cientos de casos de ladrones de
guante blanco y la excarcelación
rápida
de los pocos que entran en la cárcel,
sin que ninguno devuelva nada, la tensión
se nos pone por las nubes.
Como
en este país
la grandes empresas pagan una media del 5%, las SICAV el 1, los
inversores financieros se refugian en los paraísos
fiscales, y sólo
cotiza alrededor del 20% la rente del trabajo que no es más
del 45% del PIB, y para colmo estamos en esta crisis que se utiliza
para rebajar los salarios, disminuir el empleo y recortar
prestaciones sociales de todo tipo, el Estado desatiende cada vez más
sus obligaciones de atender la cada vez mayor exclusión
social y las necesidades básicas.
Por
eso la campaña
de la renta de la Iglesia para este año
es Xtodos, solicitándonos
que retraigamos de los ya exiguos ingresos el 0,7% de lo que pagamos
al Estado para que ella lo gestione y resuelva los problemas
sociales. Aunque para pedirnoslo haga una campaña
a todo plan que cuesta entre 5 y 10 millones y dedique una gran parte
de los 250- 350 millones a mantener los medios de comunicación
propios, al mantenimiento de sus edificios episcopales o al ático
de lujo del señor
Rouco Varela. Y eso lo propone una Institución
que recibe del Estado unos 11000 millones anuales (desde sueldos de
sacerdotes, capellanes de todo tipo y catequistas hasta mantenimiento
de edificios y un amplio abanico de subvenciones) y está
exenta de pagar impuestos como
el IBI (unos 700 millones), sucesiones, donaciones y transmisiones,
actividades económicas,
de construcciones y obras...lo que hace que el Estado deje de
ingresar cada año
unos 2000millones. Que es el mayor propietario inmobiliario del país,
con miles de propiedades de todo tipo registradas a su nombre en toda
España,
que tiene cuantiosas inversiones en bolsa...Y es la mayor
beneficiaría
de las privatizaciones en los sectores de educación,
sanidad y servicios sociales del Estado.
Todo
esto es reminiscencia de lo que era un Estado Confesional, que
consideraba la "nación
española"
como "nacional-católica"'
en el que las escuelas y los hospitales, los orfanatos y los asilos
eran competencia de la Iglesia Estatal. Y de la concepción
capitalista de sustituir la Justicia Social por la Caridad.
Pero
en pleno siglo XXI, somos el único
país
de nuestro entorno que mantiene este sistema de "casillas"
de recaudación.
Y ya hay quién
pretende que se añadan
otras por ejemplo para la investigación.
En los demás
países
los servicios públicos,
la investigación,
la cooperación
internacional, las ayudas contra la exclusión
y todas las medidas contra la desigualdad son responsabilidad y se
atienden desde el Estado, cumpliendo con su obligación
de velar por la justicia social y el bienestar general. Las distintas
ONGs pueden solicitar subvenciones en función
de sus proyectos y actuaciones concretas. Y las Iglesias o cualquier
otra institución
se financian con sus feligreses, socios o militantes.
Ya
está bien
de "casillas". Las Iglesias a lo suyo y el Estado a lo de
todos y todas.
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