Juan García Ballesteros
Presidente del Colectivo Prometeo
Un país que fuera realmente democrático que garantizara la separación
de poderes (no es nuestro caso), en el que se respetaran y garantizaran los
derechos humanos, no podría olvidar su pasado reciente tan fácilmente, no
tendría que haber consentido perdón y olvido para los verdugos y asesinos de
una atroz dictadura, no debería consentir que después de cuarenta años más cien
mil ciudadanos asesinados permanecieran enterrados anónimamente en las cunetas.
Los sucesivos gobiernos de esta pseudodemocracia han mirado para otro
lado y han permitido que un mausoleo al dictador permaneciera intocable. Ahora
Felipe González se lamenta por no haber sacado al sátrapa de ese lugarcuando
tenía mayoría absoluta, un monumento que exalta las fechorías del dictador y que
denigraba a los miles de republicanos que fueron enterrados al lado de su
verdugo. Ahora el PSOE quiere enmendar ese error, pero tiene problemas con los
obstáculos que vocíferos franquistas están poniendo (incluida la Iglesia -pago
de los servicios prestados- que permitirá misas en conmemoración de la muerte del
dictador en un puñado de Iglesias) ¿Se imaginan algo parecido en Alemania o
Italia? Es impensable porque esos pueblos y sus gobiernos criminalizaron,por
sus crímenes, toda referencia a los autores (Hitler y Mussolini) y a sus
cómplices.
Pero hay mucho más. Este país consiente y subvenciona con fondos
públicos una Asociación (Francisco Franco) que ensalza y glorifica a este
dictador sanguinario, permite que algunos militares en activo o en la reserva
alaben a su difunto jefe de mando y referente ideológico, permite que los
militares golpistas, que se levantaron contra el Gobierno democrático de la
República (Franco, Mola, Sanjurjo y Queipo de Llano) mantengan la Cruz de San
Fernando (máxima distinción militar) y que la justicia (¿igual para todos?)
trate con bastante benevolencia las graves fechorías contra ciudadanos
pacíficos de esta extrema franquista que, cada vez más envalentonada,se siente protegida
y amparada por algunas instituciones del estado.
Todavía más ¿Se imaginan a los
periódicos alemanes Bild o FrankfurterAllgemeineZeitungo a los italianos La
República o IlMessaggero con esquelas mortuorias de Hitler o Mussolini? Es
impensable ¿Verdad? Bueno, pues aquí, en nuestro país, los diarios ABC y El Mundo,
tan democráticos y, pienso que con la excusa (en esto) de la “libertad de
expresión”, han publicado esquelas mortuorias del dictador y de Primo de Rivera
con motivo del aniversario de su muerte. Ya no nos sorprende porque ya sabemos
el papel que llevan jugando los grandes medios de comunicación para mantener el
régimen borbónico y hacer “tabla rasa” de la dictadura. Lo más grave es que su
control ideológico e informativo está en manos de sus dueños (los grandes
poderes económicos y financieros) lo que contribuye (salvo honrosas
excepciones) a distorsionar la realidad, a manipular las informaciones, a
callar, incluso justificar, sus derivas ideológicas, los desmanes y corruptelas
de aquellos partidos que defienden los intereses de las clases dominante (sea
el PP, C´s o PSOE).
Hay factores socioculturales que influyen en la toma de conciencia de
la ciudadanía (la incultura, la comodidad a no pensar,…). De aquí que muchas
personas mayores que han sufrido penalidades, que han mamado, sin conciencia de
alternativas porque al final creen que no les ha ido tan mal, una ideología
franquista que los ha paralizado en el tiempo creyendoque no hay que cambiar nada
porque “no ha sido tan malo lo pasado” (olvidan la historia y sus
consecuencias). Esto unido al miedo que proyectan estos medios con las continuas
intervenciones de políticos de la derecha extrema y periodista, colaboradores
necesarios, sobre los desastres que los partidos de izquierdas ocasionarían a
toda la sociedad si llegaran al poder.
Pero ¿Cómo es posible que este país
que ha sufrido tanto, que ha soportado la miseria, el hambre y la represión
durante tantos años todavía mantenga con sus votos a los herederos de tanto
desastre?
Llegado a este punto quiero recordar el “Mito de la caverna” de Platón:
esclavos amarrados de por vida, con cadenas en cuello, pies y manos, obligados
a mirar sólo a una pared en la que le proyectan, mediante una hoguera encendida
en la parte opuesta, falsas imágenes preparadas como única realidad que deben
conocer. Esas sombras mentirosas repetidas muchas veces calaban tanto en los
esclavos que eran asumidas por ellos como la única y verdadera realidad. Cuando
uno logró escapar y ver la vida, observar la luz, contemplar el sol, los
árboles, los pájaros se dio cuenta del engaño y comprendió que ese era el mundo
real. Fue a convencer a sus compañeros, a llevarles esa luz (el cambio, la
sabiduría, el conocimiento) a explicarles que los estaban engañando, a abrirle
los ojos sobre la falsedad de sus vivencias. Sin embargo, los esclavos no sólo
no le creyeron sino se levantaron contra él y lo asesinaron. Viene a cuento
esta alegoría con la fuerte influencia que ejercen los poderosos medios de
comunicación y los púlpitos que con la manipulación y la mentira continuadas
(voceros políticos franquistas, periodista comprados, curas,…) convencen a una
masa de la ciudadanía, ignorante y dispuesta creer y no pensar, que la única
verdad es la suya, que cuando se pierden derechos sociales y laborales, cuando
se bajan salarios y pensiones, cuando se encarcela a los discrepantes, cuando
se recortan en servicios públicos (sanidad, educación, dependencia,…),…es por
preservar el orden establecido (cuarenta años de “democracia”) y salvar la
unidad de la patria.
Claro que hay voces, desde la izquierda, que intentan aportar luz
(espero que lo consigan), capaces de plantear alternativas serias, constructivas
y viables a esta injusta sociedad para conseguir una nueva con democracia real,
con justicia social, con derechos y libertades para toda la ciudadanía. Pero
hay que ampliar los caminos de comunicación, las vías de debate y toma de
conciencia de una inmensa mayoría para que la reverberación de su eco implique
un cambio constructivo hacia esa sociedad que deseamos, una sociedad justa y
solidaria.
Pienso que el futuro no es de estos falsos “patriotas”.
Este futuro le pertenece a las nuevas generaciones, a los jóvenes que han
tenido que emigrar, a los que trabajan con horarios de esclavos y sueldos de
miseria, a los universitarios que reclaman un referéndum sobre “Monarquía o
República”, a las mujeres en defensa de una sociedad justa e igualitaria,a los
pensionistas que luchan por el derecho, que se han ganado, a una pensión digna
y a todos aquellos que sienten la necesidad de una sociedad más plural, abierta
y democrática que acabe con todo tipo de discriminación, con trabajo digno, con
servicios públicos de calidad, con derecho al trabajo y a
una vivienda, basada en valores de solidaridad e igualdad y con la ética como
forma vivencial del comportamiento político.
1 comentario:
Gracias Juan, por tu lúcidaobservación de la realidad y hacernos partícipes de tus análisis. Es éste el motivo que me lleva a pedirte que, si te es posible, nos ilustres en la relación de la secta católica en dos situaciones que, para mí, demuestran su verdadero poder e influencia en el territorio peninsular desde tiempo casi inmemorial: me refiero a cómo, la secta, azuzó a la población a impedir la conquista napoleónica de la peninsula con sus consecuencias culturales y, por otro lado, lo que yo creo que fué el diseño y ejecución del golpe de Estado en el año 1.936. Gracias Juan.
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