Hoy, 15 de noviembre, sería su cumpleaños, pero la víspera, sus compañeros y compañeras y los colectivos sociales a los que Alberto prestó su altavoz, su dedicación y su pasión por el periodismo con mayúsculas, organizaron la fiesta de entrega del I Premio Andaluz de Periodismo Social que lleva su nombre.
Indudablemente fue un acto emotivo. En primer lugar por lo que supuso Alberto en esta ciudad. Todavía resuena en nuestro recuerdo aquella entrevista al obispo Martinez en la que éste no podía comprender que un periodista le hiciera preguntas incómodas. Sus videos y crónicas sobre las prisiones, sobre el ecologismo, sobre las gentes del campo del entonces SOC, sobre las manifestaciones contra la guerra de Irak, ... Y más recientes, sobre el 15M, sobre los desahucios, sobre la Acampada Dignidad y el Rey Heredia, sobre las Marchas de la Dignidad,... y ahí se acabó, porque escasos dos meses después del 22M, un 17 de mayo, el corazón de Alberto dijo ¡Hasta aquí!
Emotivo porque en este año se ha demostrado, una vez más, que cuando los múltiples y diversos colectivos sociales de esta ciudad se ponen a ello, encuentran esos puntos de unión imprescindibles para dar sentido a la lucha social de base. En otras ocasiones fue la guerra, las huelgas generales, el 15M, la Acampada Dignidad, los desahucios, la lucha feminista,... En esta ocasión ha sido premiar a aquellas periodistas que se hablan claro, llevan la verdad de la calle e incluso, en muchos, muchísimos casos, se dejan incluso la vida para que las cosas importantes de verdad para la sociedad estén en el foco mediático, y les sirvan para tomar las decisiones individuales y colectivas pertinentes. En el acto aparecieron nombres de periodistas de todo el mundo fallecidos en las guerras o como represalia por desvelar corrupciones y desmanes. Pero también periodistas más próximos, como José Couso o nuestro cercanísimo Julio Anguita Parrado, cuya madre apoyó el acto en persona.
Emotivo porque las dos presentadoras, la periodista de Radio Córdoba, María Eugenia Vilchez, y la activista Rocío López, dos de las "alma mater" de este premio, condujeron el acto con una espontaneidad de la que brotaban, cada pocas palabras, sentimientos.
Y, emotivo, porque las premiadas, tres mujeres, demostraron el por qué se han merecido la máxima valoración del jurado. Raquel Montengro, de Europa Sur, diario de la localidad gaditana de Algeciras, por su trabajo "Trata, la esclavitud invisible" que podéis leer pinchando sobre el título. Y Ruth de Frutos por su artículo en el medio de comunicación digital feminista Lapoderio.com, y que también podéis leer en "Málaga no se vende, se alquila al mejor postor". Finalmente, el Premio a "Una trayectoria", lo recibió la periodista de RTVE Carmen Sarmiento, recordada hoy en día por sus reportajes de denuncia de la pobreza, miseria, exclusión, guerras que los distintos pueblos del mundo han sufrido en el pasado siglo, que le costó incluso ser apartada a una salita del ente público donde se vetaban sus trabajos. Igualmente destacable ha sido y sigue siendo su lucha inequívoca por el feminismo. Todo un referente para las otras dos jóvenes premiadas y para muchas otras periodistas presentes y no presentes en el acto. Además, el Colectivo Yayoflauta de Córdoba le entregó la distinción de Yayoflauta de honor, entregada en el acto junto con un chaleco y un libro de recuerdo.
En el transcurso del acto se emitieron tres vídeos de Alberto Almansa sobre temáticas sociales de la ciudad: "15M, un año de esperanza", que presentó su hija Mar Morales, periodista también, en el diario ilerdense lamanyana.cat; "Ocupan su propia casa", sobre las acciones de la Plataforma Stop Desahucios, presentado una de sus activistas, Ana María Carnero, y, finalmente, "Acampada Dignidad", sobre el momento de la ocupación del antiguo colegio Rey Heredia para poner en marcha lo que hoy en día es el brillante C.S. Rey Heredia, presentado por nuestro compañero del colectivo y portavoz en aquellos momento de dicho colectivo, Rafael Juan.
El diseño de la estatuilla corrió a cargo de nuestro también compañero, el artista Goval.
A continuación os dejamos una galería de fotos del acto, terminando con el mismo grito que se terminó ayer la entrega de premios: ¡No nos callarán! ¡Sí se puede!
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