miércoles, 5 de junio de 2019

A los salvadores de lo suyo



Manuel Delgado

Sé muy bien cómo está la administración de justicia. Todos los abogados tenemos demandas presentadas que llevan más de un año esperando que les llegue el turno para ser admitidas a trámite, para que el demandado sepa que le hemos demandado. Y los colectivos implicados, no estamos haciendo nada. Nada los jueces, nada los fiscales, nada los procuradores y abogados. Nada la sociedad, nada la prensa. La justicia de España está rota. Nada esperamos del gobierno andaluz, a pesar de que en él marcan el paso los patriotas que dicen que no quieren que España se rompa.
Si hablamos del campo, no es noticia que este año el aceite se pague a los olivareros a la mitad que el año pasado, aunque no hay más aceite ni menos demanda. Algo pasa cuando en Italia se paga a 5,80 euros, y aquí se ha vendido aceite a 1, 85 y el miedo es que baje más. Es la ruina de mayor sector productivo de Andalucía, y de otros muchos territorios. Igual pasa con la naranja en Huelva, en el Valle del Guadalquivir, y por supuesto en Valencia y Murcia: naranjas a 0,08 euros. La agricultura y la ganadería, la pesca, que nos dan de comer están rotas, pero no lo saben nada más que los que salen al campo o el mar, cada amanecer.

Pregunté este domingo por la construcción, me parecía que había un repunte positivo. Era cierto, hay más trabajo, pero sigue estando muy mal pagado. Se trabaja mucho en negro, muchas horas, sábados gratis. Hay muchos piratas en las pequeñas construcciones particulares que tiran los precios haciendo competencia desleal a los que tienen a sus trabajadores asegurados, o casi.
El mundo laboral está roto. La España trabajadora está indefensa, rota y con miedo a perder más derechos, pero las reformas laborales seguirán en vigor.
Los pensionistas siguen saliendo a la calle pero ya no abren telediarios, sus manifestaciones. Es noticia que se tienen que dar un nuevos hachazos subiendo mas la edad de jubilación, perdiendo poder adquisitivo, según el banco de España, porque el sistema está roto. Los bajos sueldos y el paro, la baja natalidad, suponen la quiebra del sistema que se ha tragado ya el fondo de reserva. Ayer cumplí 61, 42 años cotizados en autónomos, con solo dos meses de baja cobrando 21 euros diarios, que también pagué mi cuota de casi 300 euros al mes. Los 800 euros de pensión que preveo, no sé si llegarán a ser reales.
Esa es mi mano en mi pecho, que cada español, catalán o andaluz, pongan su mano en el suyo.
Siempre es la propia realidad la que nos debe dar la medida de lo que somos como personas, donde estamos como sociedad, para guiar nuestro quehacer para cambiar lo que está mal.
La realidad de los medios son a día de hoy que Cataluña rompe España, y que Podemos está roto. Los cenáculos entre partidos hierven con posibles pactos y repartos de sillones; poniéndose o rompiendo líneas rojas.
De Podemos solo hablan los que se han ido, o los que están dentro con el único fin de que Pablo se vaya.
Pablo no reacciona porque está en el momento de hablar del programa de gobierno que pueden hacer posible nuestros 42 diputados, esenciales si Sánchez quiere arreglar lo nuestro, uniendo la España que está rota. Sé que Pablo y Garzón tienen un proyecto de España. Aunque muchos no quieran saberlo es un proyecto que debería ser el nuestro, porque habla de justicia social, de trabajo digno, de techo, de educación y salud como derechos garantizados, de energía limpia y barata, de ciudades amables, de la España vaciada, del pan y el aceite.
Están siendo prudentes, pero dicen verdades que no son cómodas. Hicieron presidente a Sánchez, frente a un PSOE rendido a Rajoy, porque decían que no había números para echarlo.
Los números dan hoy para hablar de todo lo que los poderes no quieren que se hable. De los 60.000 millones que nos debe la banca, del dinero que hoy no pagan, del que siempre nos roban los corruptos que quitan y ponen gobiernos. El PSOE se hace el remolón, se deja querer y le tira los tejos al más joven y hoy peligroso del trío de Colón. Nos volverá a traicionar, antes o después. Al pueblo, a sus votantes y a los nuestros. También muchos de quienes nos deben ser quienes son, o quienes fueron, nos quieren romper hoy el corazón en pedazos.
Hasta el último aliento, con la fuerza que nos dieron los votos, con las razones que seguirán poblando las calles, con Pablo y Alberto, defenderemos a la España real de los agresores de siempre, de los traidores que van de salvadores. Salvadores de lo suyo.

1 comentario:

Maribel dijo...

Muy triste la España que tenemos, pero seguiremos luchando por nuestros derechos.Gracias por tus reflexiones.