domingo, 8 de septiembre de 2019

La Verdad y los relatos


Obra de A.Rodchenko

 Manuel Delgado Milán

    Una vez más nos encontramos en una falsa encrucijada, una falsa disyuntiva a la hora de votar, o no, a un gobierno del PSOE, ante unas circunstancias que nos vienen dadas, pero que siempre asumimos con errores de bulto, partiendo de premisas falsas, que me gustaría que no se volvieran a repetir.
    Partamos de que ninguna salida será acertada cuando queremos solucionar errores que no hemos cometido, ni podemos solucionar. Es el error esencial del que partimos (pero olvidamos) que la clase trabajadora vote al PSOE si quiere garantizar las pensiones, o los derechos laborales. Pero así es, mucha gente no asume que ha sido el PSOE el partido que más ha golpeado esos derechos, porque la reacción es menor al ser consideradas medidas obligadas, que tiene que tomar "le cueste lo que le cueste". Pero es a la gente a la que siempre le cuesta.. muy caro, el voto al PSOE. 
    La gente no nos puede exigir que le salvemos los huevos, cuando ella misma se capa. Aquí cada palo debe asumir el peso de su vela y nosotras, Unidas Podemos, tenemos la obligación de decir siempre la verdad: pudiendo elegir un programa clarísimo y a gente comprometida, insobornable, eligieron a traidores confirmados, contumaces, en mayor medida que a nosotras. Se puede decir así, o entrar en una guerra de relatos. El relato de que el PSOE está con la gente, de que es fiable para lo que España necesita, no debe ser mantenido nunca en nuestras filas, sino eficazmente cuestionado en base a hechos indiscutibles. Nuestro relato debe ser que el acuerdo para gobernar juntos es imposible porque el PSOE, diga lo que diga en campaña, hace lo contrario a lo que nosotras y la gente (incluso la que les vota) quiere.
    El problema para que el PSOE no nos quiera en el gobierno es que nosotras sí vamos a hacer lo que dice nuestro programa.  Todo lo que no sea decirle a la gente la verdad, es el peor relato. Pero estamos con el relato de que alguna vez el PSOE puede cambiar, que seremos capaces de hacerlo cambiar. Aceptemos que está bien que demostremos, una y otra vez, que por intentarlo no va a quedar. Pero nunca lo lograremos porque ésta en su naturaleza, como en la fábula de la rana y el escorpión. La política no puede ser una cuestión de fe, hablan los hechos. Si la gente tiene el poder de elegir, y elige salvar a Barrabás, si vota a los ladrones, que no se nos queje culpando a los honrados de no ratificar una elección, porque nosotras tampoco podemos ir contra nuestra naturaleza, traicionarla. 

    Ante el engaño masivo, es imposible ganar ningún relato,  pero eso no significa que no esté claro qué hacer, que es lo importante. Es difícil porque hay una premisa falsa pero generalmente asumida, hasta en nuestras filas: el PSOE es izquierda, un aliado posible para un gobierno útil a políticas sociales, reales; a otra economía que elimine privilegios de una minoría que constituye el poder fáctico, esos que nunca han dejado de mandar, gobierne quien gobierne. 
    Lo difícil es, por tanto, no estar influido por ese poder que habla por casi todos los medios para que los ratones sigan votando a los gatos. 
Para mí lo realmente difícil, pero posible y urgente siempre, es construirnos como Unidad. Creer que con ideas y métodos claros podemos ejercer un gran poder basado en la razón. Nada logramos si, ante falsas disyuntivas, cada grupo, incluso cada persona, creemos tener toda la razón, nos perdemos en estrategias, machacamos al resto queriendo imponerlas. Si somos nuestro peor problema, cuando el problema no es nuestro, si la gente ha decidido errar. 
También nuestros votantes decidieron. Les prometimos gobernar con un programa, y si el PSOE quería ese programa, gobernar en coalición garantizando ese programa, no le han faltado ofertas, ni paciencia, ni renuncias. Pero no quiere. Solo quiere nuestro rendido apoyo al investirle, para la manga ancha para hacer más políticas a favor del IBEX35, con las derechas. Pues si yerra la gente, y el PSOE se aprovecha, las reclamaciones al maestro armero. 

Si lo importante es el relato, nuestro voto de apoyo a la investidura se podría vender diciendo que ese voto no implica que asumimos compromisos con quien no los quieren con nuestro programa, y nuestros elegidos. Votaremos a favor cada medida contenida en nuestro programa, y las que se  opongan a él, en contra, porque es lo que prometió Unidas Podemos. Porque nuestro programa no es otra cosa que hacer cumplir la Constitución en los aspectos sociales; en los Derechos Humanos, en la fiscalidad progresiva, en que la riqueza sirva al interés general.  Denunciaremos desde nuestra fuerza, la que nos dieron los votantes, que tenemos un poder corrupto que manda, por encima de la ley y se hace obedecer por sus manijeros.
El PSOE dice ya que eso tampoco lo quiere, que así vamos a unas elecciones y sigue haciendo campaña en actos claramente electorales, moviendo los medios para hundirnos en ellas. 
Ante eso no podemos hacer nada más que lo debido, seguir siempre diciendo la verdad a nuestro pueblo, y encomedarnos a él. En democracia es el pueblo, la gente la que tiene que elegir entre la verdad y los relatos.

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