viernes, 27 de marzo de 2020

Julio Anguita: Ya nada será igual



Obra de Bansky

Fuente:El Economista

Julio Anguita
Colectivo Prometeo

    La pandemia pasará y dejará un rastro de víctimas mortales considerable, al menos para esta parte del mundo nada acostumbrada a tragedias como ésta. Súbitamente, la realidad nos ha mostrado cuán vulnerables somos y cuán vulnerables podemos llegar a ser. Vulnerables como especie imbricada en la dialéctica vida-muerte, de la cual no podemos evadirnos, pero vulnerables también según el tipo de sociedad en la que estamos viviendo.  
   En la Edad Media histórica -y en las particulares manifestaciones de la misma, fuera ya de su tiempo oficial específico– plagas, epidemias y pandemias era asumidas como señales inequívocas del castigo divino; es decir, al dolor y sufrimiento se le añadía además, un surplus de pecado y culpabilidad. Incluso las expectativas de una recompensa ultraterrena eran dudosas e inciertas ante la existencia de un infierno en el que se precipitaban las almas de quienes habían incurrido en las iras de un dios colérico y vengativo.

La Ilustración primero, los avances de la ciencia y la técnica después, aunados por las revoluciones y cambios socioeconómicos posteriores, condujeron al reconocimiento universal de los DDHH y del llamado Estado del Bienestar. La muerte seguía siendo inevitable pero la vida era un bien en sí mismo y como tal había que cuidarlo, potenciarlo y hacerlo cada vez más duradero en el tiempo y en la calidad del mismo. La vida como bien personal, pero también y a la vez, como proyecto social compartido, se erigió en el centro de la cosmovisión filosófica, social, cultural y política. Este giro copernicano conllevaba falta de perspectiva de incalculables consecuencias: el ser humano, auto-coronado como rey de lo existente, usaba y abusaba de la base que lo sustentaba y de la que formaba un todo indisoluble: la Naturaleza
    El neoliberalismo globalizador y su mística del crecimiento sostenido, la rentabilidad dineraria y el Estado mínimo, estableció una cosmovisión de incalculables y dañinas consecuencias: la vida era, en resumen, un gigantesco libro de asiento en el que el "debe" y el "haber" en términos monetarios, constituían el ideal de vida. El Índice de Desarrollo Humano (educación, sanidad, derechos sociales y calidad de vida (IDH) era preterido en favor del Producto Interior Bruto (PIB). El Estado fue presentado como una rémora que debía ser reducido a la menor expresión posible, En consecuencia, el Estado quedaba reducido a su función coercitiva y a aquellas tareas que la iniciativa privada no veía como rentables.

         Fue la época de las privatizaciones de los servicios públicos (los rentables, claro), de las instituciones financieras públicas, de las empresas públicas (también rentables), etc. El canto a la iniciativa privada llegaba al paroxismo, la condena a la imposición fiscal progresiva era el mantra de los privilegiados que entonaban también los beneficiados por ella, pero abducidos por el discurso oficial. Sin llegar a los extremos de EEUU en la que el "loser" (perdedor) es el culpable de su situación, aquí -en nuestra piel de toro- el que no ascendía por el cuerno de la abundancia era el único responsable de su situación. Es decir, víctima de sus propios errores e incapacidades. Exactamente lo mismo que en la Edad Media. Pero volvamos al hoy. Hospitales públicos casi colapsados, gravísima situación económica potenciada y aumentada por la pandemia, Ejército y Cuerpos de Seguridad del Estado volcados en el servicio público, un Estado que ha puesto sobre la mesa una cantidad de millones de euros equivalente al 20% del PIB y una ciudadanía que, salvo alguna minoría, está demostrando su capacidad de espíritu cívico y, sobre todo, el potencial que podría desarrollar si alguna vez quisiera cambiar la cosas.
     No, después de esta pandemia las cosas no pueden seguir igual. La Banca debe devolver lo que no es suyo, el Estado debe fortalecerse para encauzar la marcha de la economía y asumir sus obligaciones públicas. Las fuerzas políticas y sindicales deberán recuperar su capacidad de colaboración y de disenso en torno a cuestiones concretas al servicio de la mayoría. Y la ciudadanía deberá recordar estos hechos a la hora de luchar y votar en favor de políticas públicas. o de afrontar los retos que vienen: cambio climático y crisis económica profunda. Y por último, visto lo escandalosamente visto, ¿para qué sirve la Monarquía?

16 comentarios:

Unknown dijo...

Cuantos debe, deberán, deberá... futuros con muy pocas posibilidades. Cierto que las cosas no serán iguales, pero hacia qué lado escorara el barco? Mucho me temo que los pobres no tenemos bote salva vidas en este naufragio.

Beltran dijo...

La monarquia es un muy mal ejemplo. mejor que se vayan esos bribones sin su fortuna.

Rosario dijo...

Me temo que seremos los perdedores

Manu dijo...

Siendo difícil de abstraerse de la pandemia y momento que nos ocupa, pienso que no habría que dar tregua para exigir una reducción armamentística y aumento presupuestario en Sanidad. Si sabemos aprovechar el momento, tal vez la respuesta del Pueblo sea contundente.

Unknown dijo...

Mucho me te temo que a pesar de todo, todo seguirá igual. Igual que en la anterior estafa provocada por las ÉLITES EXTRACTIVAS MUNDIALES. Volverán a ganar. No cederán un ápice en sus posiciones. Lo tienen todo a favor. Lo siguen controlando todo. Y así nos será imposible. Hasta que como a lo largo de la historia cometan errores todavía mucho más grandes y la gente explote hacia algún tipo de revolución. Mientras no sientan ellos el miedo nos seguirán teniendo controlados,engañados y anestesiados. Al tiempo.

Unknown dijo...

La monarquía no sirve absolutamente para nada. Mira lo que tenemos ahora el padre corrupto ya prácticamente demostrado, la hija, el yerno. Ahora tenemos al otro hijo que es el rey de España que dice no saber nada de las cunetas de su padre en paraísos fiscales ????? Aún suponiendo que fuera verdad que yo no me lo creo que necesidad hay de mantenerlos, por favor para que no sirven.

HUMANISTA dijo...

Estoy de acuerdo con esta opinión.

Antonio M. dijo...

No hay mal que por bien no venga. Mi esperanza, que el varapalo que supone para el modelo occidental neoliberal lo lleve definitivamente al colapso y sucumba ó le haga reflexionar profundamente. La geopolítica mundial apunta más a que será el gigante asiático China quien tomará las riendas del devenir histórico futuro. Un cambio significativo y oportuno.

Anónimo dijo...

Un buen análisis maestro, gracias

Estepario dijo...

Muy bueno, Nos invita de alguna manera a pensar y reflexionar, mejor; también a saber elegir cuando nos dan la oportunidad, sobre proyectos e ideas de futuro.

Estepario dijo...

Muy bueno, Nos invita de alguna manera a pensar y reflexionar, mejor; también a saber elegir cuando nos dan la oportunidad, sobre proyectos e ideas de futuro.

Estepario dijo...

Muy bueno. Muy didáctico y también muy oportuno, invitándonos a pensar y reflexionar el mundo que realmente queremos.

tomasmasol dijo...

La evidencia mas clara que nos deja la pandemia o esta mierda a la cual se han apuntadi todos los gobiernos para el orden mundial, es que los politicos ya no tiene cavidad en la sociedad del siglo 21. Es el momento en el que el pueblo debe despertar del letargo y cambiarvel sistema de una vez y asi de una vez por todas y se gane el respeto de los que nos mal gobiernan sean dek color que sean. Es intolerable y detestable que en pleno siglo 21 los gobiernos de un sistema denocratico nos retrotraigan a la edad media mediante una cuarentena cohibiendonos nuestra libertad por algun intwres politico o economico

Anónimo dijo...

Grande

Anónimo dijo...

Grande

Anónimo dijo...

JULIO ANGUITA UN HOMBRE EXCEPCIONAL , COMO POCOS HA HABIDO EN LA POLITICA DE eSPAÑISTAN , Y PONGO LA e CON MINUSCULA POR QUE ESTE POBRE IGNORANTE Y SUMISO PAÍS NO SE MERECE LLAMARSE ESPAÑA , Y CUANDO TODO PASE SEGUIREMOS COMETIENDO LOS MISMOS ERRORES , Y SIEMPRE SEREMOS LOS PERDEDORES , Y EN VEZ DE SER AMIGOS DE RUSIA Y CHINA SEGUIREMOS CUMPLIENDO LAS ORDENES DE LOS MAYORES GENOCIDAS QUE HAY EN LA TIERRA , QUE SON LOS AMERICANOS , QUIENES HAN LLEVADO ESTE VIRUS ASESINO DURANTE LOS JUEGOS OLIMPICOS MILITARES QUE SE HICIERON EN CHINA , PERO DE ESTO LOS MEDIOS DE DESINFORMACIÓN NO DICEN NADA POR QUE ESTÁN MUY BIEN PAGADOS , HÓ CHÍ