El Confesionalismo en Andalucía en 2024

Berruguete:Auto de Fe

José Antonio Naz Valverde

Colectivo Prometeo 

Coordinador Andalucía Laica

En Andalucía, en 2024 se ha incrementado el confesionalismo que ya denunciábamos en años anteriores. Como ejemplos, citamos algunas de las actividades de las que Andalucía Laica tiene constancia y en muchos casos ha demandado explicaciones:

Durante el año 2024 el Gobierno y las distintas administraciones andaluzas no solamente no han movido ni un dedo para intentar recuperar parte del Patrimonio expoliado por la Iglesia Católica (IC), sino que han realizado declaraciones dando por buenas las inmatriculaciones, y permitiendo el uso y abuso de los muchos miles de bienes de interés cultural que la IC se ha apropiado. Quizás el ejemplo más escandaloso sea el caso de la Mezquita de Córdoba, gestionada exclusivamente por el cabildo, con un Plan Director elaborado por dicho órgano, que propone una interpretación del monumento ocultando o minimizando su legado andalusí y lucrándose con el dinero de las entradas (al menos 20 millones de euros anuales).

Ya en enero se celebraron en la Universidad de Sevilla, con subvenciones del Ayuntamiento y la Diputación, las Jornadas de la Historia de la Iglesia en Andalucía. Vimos rectores haciendo gala de confesionalismo, como cuando el de Almería entregó el bastón de mando a una cofradía. Son varias las universidades de nuestra Andalucía que tienen cofradía propia, con sede universitaria. Ha habido aún centros universitarios que han comenzado el curso escolar con un acto que incluye cultos religiosos. Se han ampliado las enseñanzas de religión católica en las Universidades, que ofertan los títulos de capacitación religiosa que exige la Conferencia episcopal para impartir la materia de Religión en centros educativos, y que exigen los propios centros educativos religiosos para quien opte a impartir en ellos clases de cualquier materia.

A lo largo de todo el año, con dinero de ayuntamientos, diputaciones, Junta de Andalucia y otras instituciones públicas, se han multiplicado las actividades de las cofradías en espacios públicos: procesiones a diario por las calles de las principales ciudades; barras “cofrades” en plazas públicas en distintos momentos del año, como las cruces, las casetas de feria, las verbenas de barrio e incluso en los días navideños. Cada vez se desarrolla más la faceta “etílica-festiva” de estas asociaciones supuestamente religiosas. Merece mención especial la celebración de una “Magna” concentración de pasos de cofradías en Sevilla el 8 de Diciembre, para ver los pasos que tuvieron que suspenderse en Semana Santa por la lluvia; para ayudar a la realización de este evento, la Junta de Andalucía concedió una subvención de 600.000 euros, que se sumaban a todas las subvenciones de los distintos ayuntamientos. En algunas localidades, esta “Magna” tuvo como consecuencia que procesiones que se celebran el día de la Inmaculada se cambiaran de fecha, como fue el caso de la Aurora en Montilla, y la fecha elegida no pudo ser otra que el 6 de diciembre, el día de nuestra Constitución, esa que dice que el Estado es aconfesional. Uno de los pocos festivos que no tiene nombre religioso, i.nvadido por la Iglesia Católica con su ejército cofrade.

En 2024 se ha incrementado el número de alcaldes y alcaldesas perpetuas del más allá nombradas por ayuntamientos de Andalucía, y superan ya las 300; de seguir este fenómeno, no tendrá sentido convocar elecciones municipales, al tener garantizada eternamente la gestión municipal por cristos y vírgenes. Se ha incrementado la participación de las autoridades, no a título personal sino como representantes públicos, en los actos religiosos, al igual que los acuerdos, fundamentalmente económicos, entre Ayuntamientos y Junta de Andalucía con la jerarquía de la Iglesia católica. Los belenes en los ayuntamientos y en otras sedes administrativas y espacios públicos se han incrementado y normalizado.

La radiotelevisión pública Andaluza ha batido ampliamente su récord de emisiones religiosas: programas diarios de “reflexión” como “Palabras para la vida”; todos los domingos, además de la misa, se emiten programas católicos como “El Evangelio del Domingo” y “Testigos hoy”, pero también aparece semanalmente el programa de los Evangelistas “Pan del Cielo”. No faltan programas especiales de varias horas sobre algún templo o imagen, como el “Cristo de la Luz” de las Dalías (Almeria); cantidad de horas de retransmisión de romerías, con el primer premio para “El Rocio”; noticias multiples, todo el año, sobre actividades de distintas cofradías y otros actos religiosos. Sin olvidar el desmadre abusivo de la cuaresma y Semana Santa: según los datos de la propia RTVA, ha habido unas 900 horas de retransmisión de procesiones de Semana Santa y otras programaciones sobre la misma, empezando en la cuaresma, con más de 500 horas de desconexión local en todas las provincias. Además de esas programaciones específicas, existen muchos otros programas generalistas, como “Hoy en día”, “La tarde aquí y ahora”, “Andalucía en Directo”, etc., que concedieron mucho tiempo al evento católico de la Semana Santa. Incluso programas culinarios como “Cómetelo” se dedicaron a recetas de cuaresma, y hasta las preguntas del concurso “Atrápame si puedes” concluyeron en temas de Semana Santa.

La confesionalidad en los centros educativos este año no sólo se ha incrementado, sino que se ha potenciado desde la propia Junta de Andalucía. Los presupuestos para los conciertos educativos han aumentado, mientras se han cerrado cientos de aulas de los centros públicos. Aunque cada vez menos alumnado elige la asignatura de religión, la Consejería de educación ha implantado el máximo horario en el curriculum. Dicha Consejería no sólo ha permitido actividades y manifestaciones religiosas en horario lectivo en los centros educativos, sino que las ha promocionado con decretos como el previo a la Semana Santa, en el que se instó a los centros a participar y desarrollar actividades en relación a la Semana Santa, incluyendo visitas a iglesias y procesiones infantiles. Lo mismo ha sucedido con las actividades “complementarias” en fechas próximas a Navidad, donde el desarrollo normal de clases se ha visto sustituido en muchos centros por la elaboración de belenes y visitas a los mismos, o por la visita a las aulas de los Reyes Magos.

La mayor parte de estos comportamientos se justifican por la “tradición” y se le adjudican incluso valores culturales y formativos. Lo que implica asumir que en una sociedad ampliamente secularizada, donde las bodas civiles suponen el 80 % y los bautizos el 50 %, más de la tercera parte de la población se declara atea o agnóstica y sólo un 18 % católica practicante, debemos seguir rigiéndonos por principios y costumbres religiosas, como si de un Estado teocrático se tratara. Es penoso que esto suceda en el siglo XXI en una tierra como Andalucía, que tiene una inmensa riqueza patrimonial y cultural, donde se han desarrollado grandes civilizaciones, con varios siglos de cultura romana y ocho de andalusí, y que es cuna de ilustres personajes de la cultura y la ciencia mundiales: científicos como Séneca, Columela, Abbas Ibn Firnas, Averroes, Maimónides…; pintores como Velázquez, Murillo, Julio Romero de Torres, Picasso…; escritores como Ibn Quzman, Juan Ramón Jiménez, los hermanos Machado, García Lorca, Alberti, Aleixandre, Antonio Gala, Muñoz Molina y tantos otros.

Es evidente que nuestros líderes políticos e “intelectuales” no son capaces de razonar, como lo hacen desde hace más de dos siglos en Uruguay, que la única forma de fomentar la convivencia y la modernidad y desarrollar la democracia es separar el Estado de las Iglesias, manteniendo el laicismo en las instituciones y los espacios públicos y “privatizando las religiones”. La única posibilidad de que Andalucía recupere una cultura de calidad, se incorpore a la modernidad y profundice en la democracia, desterrando los viejos fantasmas de rancia tradición tridentina y nacionalcatólica, está en la necesaria reacción racional y firme de esa mayoría social no fundamentalista que defienda y luche por el laicismo, como medio de convivencia y tolerancia. Andalucía Laica seguirá en esta tarea.