jueves, 20 de marzo de 2025

Tiempos Locos

Brueghel el Viejo: La parábola de los ciegos (detalle)



Remedios Copa
Colectivo Prometeo

Mientras se celebraba el 8 de marzo la efemérides del Día Internacional de la Mujer, (hasta hace poco “Día de la Mujer Trabajadora), fechas en torno a las que no faltaron actos reivindicativos, manifestaciones y foros de debate en diferentes lugares de todo el territorio nacional, los crímenes machistas persistieron y la desigualdad no muestra visos de cambiar.

Así lo pusieron de manifiesto el pasado día 7 en Santiago de Compostela ponentes que, con motivo de la celebración del Centenario de la profesión de Graduado Social, el Consejo General de Colegios Oficiales de Graduados Sociales de España y el Consello Galego de Colexios Oficiais de Graduados Sociais, dedicaron el Congreso celebrando su compromiso con la igualdad en las Relaciones Laborales; Congreso que contó con la participación de la Xunta de Galicia y el Consello Galego de Relacións Laborais y el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

El contenido de las ponencias versó sobre los avances y retrocesos en materia de igualdad en las Relaciones Laborales y, teniendo como hilo conductor la perspectiva de género tanto en las Relaciones Laborales como en la Jurisprudencia, se abordaron los Avances, Retos y Transformaciones en la Justicia y no faltó la exposición y referencia a sentencias significativas, tanto de nuestro territorio como algunos ejemplos significativos de otros países europeos.

El colectivo de Graduados Sociales tiene una trayectoria de lucha por la igualdad de salario y trato entre hombres y mujeres. Su trabajo ha sido también un pilar fundamental en la lucha contra el acoso ´sexual en el trabajo, en la implementación de los planes de igualdad y los protocolos de actuación frente el acoso en el ámbito laboral. Se trata por tanto de profesionales cuya sensibilidad frente al maltrato, acoso y desigualdad que, pese a todos los avances, sufren las mujeres les hace conocedores de la situación real y expertos en la materia; por ello pueden hablar con cifras de la diferencia salarial entre hombres y mujeres que desempeñan un puesto igual en la relación de puestos de trabajo, (las R. P. T.).

Para empezar, pese a su lucha, todavía hay empresas que se siguen resistiendo a implantar una correcta R. P. T., herramienta que facilitaría establecer una retribución igualitaria y justa para cada categoría y puesto, independientemente del género de quién lo ocupe.

Otra circunstancia por la que los expertos y diversas asociaciones, feministas, pensionistas y otros foros en los que participan Universidades y operadores jurídicos, denuncian que si “la pobreza tiene rostro de mujer” es en parte por el tipo de contrato. Las mujeres representan mayor porcentaje de contratos a tiempo parcial y su ocupación también se relaciona con puestos de baja calidad en porcentaje superior al que representan los hombres dentro de los mismos.

Si a eso le añadimos la discriminación salarial que por razón de género se produce en muchos casos, como resultado a futuro su pensión también se verá reducida porque la cotización a la Seguridad Social habrá sido inferior a la de similares puestos ocupados por trabajadores masculinos.

Por otra parte, debido al peso de la cuestión de género a la hora de asumir las cargas de cuidados en la familia, las carreras de cotización femeninas son muchas veces más cortas que las de los hombres porque esas obligaciones suponen que tengan períodos en los que se ven abocadas a desistir del trabajo remunerado fuera del hogar. También incide a la hora de la jubilación el hecho de tener períodos con reducción de jornada, (para el cuidado de hijos, familiares enfermos o dependientes), siendo precisamente la causa para optar por la reducción de la jornada laboral, o incluso el abandono de la actividad laboral, el hecho de que la renuncia a la actividad laboral femenina, o su reducción, supone menor penalización a la economía familiar que si lo hace un varón, cuyos ingresos son generalmente superiores a los de la mujer.

De ahí la importancia de la igualdad salarial para que la mujer tenga las mismas oportunidades que el hombre y pueda alcanzar la igualdad real, laboral y como persona, en todos los ámbitos.

Todavía impera el hándicap de las profesiones muy feminizadas y el escaso acceso de las mujeres a las ingenierías y a los empleos de alta tecnología. El hecho de que los fondos next generation se encaminen a sectores con empleos muy técnicos, mayoritariamente ocupados por los hombres no contribuye precisamente a fomentar el equilibrio económico y la Igualdad de género.

Sectores como la sanidad, la educación, la dependencia y todos los relacionados con los cuidados están mayoritariamente ocupados por las mujeres. Ninguno de esos sectores está siendo objeto significativo en la adjudicación de fondos next generation ni figuran entre las intenciones presupuestarias de los gobernantes, tan apasionados con aumentar las dotaciones para la guerra y el desarrollo de la industria armamentista.

Como tantas veces se afirmó estos días, no pintan buenos tiempos para la ciudadanía en general y mucho menos para las mujeres. Estamos en una clara recesión de los Derechos alcanzados; si no se defienden a tiempo y con fuerza se disiparán lo mismo que le está ocurriendo a la Democracia.

Las voces del pueblo ya no importan y sus deseos menos aún. De la democracia que conocimos solo queda el derecho a meter cada cuatro años un papel la urna, pero luego las decisiones, contrarias a los intereses de la ciudadanía y al sentir de Europa, las toman descaradamente personas cuyos nombres no metió la ciudadanía en las urnas.



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