Remedios Copa
Colectivo Prometeo
Cuando los psicópatas toman el poder y la humanidad no reacciona con contundencia para salvarse se convierte en rehén de los tiranos a cuyo servicio actúan los lacayos oligarcas que, sin haber salido de la elección del pueblo pero consentidos por sus representantes, se erigen en representantes únicos y actúan al más puro estilo de los dictadores firmando pactos vergonzosos en contra de la ciudadanía.
Tal es el caso de lo que hace la señora Von der Leyen doblegando a la UE ante los intereses de Trump de forma vergonzosa, humillante y sin siquiera haber informado previamente al Parlamento Europeo ni tenido en cuenta el derecho soberano y democrático de nuestros representantes a pronunciarse al respecto.
Hay un dicho: “quien necesita ser guiado por un pastor solo puede tener la inteligencia de una oveja”. Independientemente de la humillación que supone para la ciudadanía europea el hecho de que tanto los pueblos como sus representantes electos sean tratados como ovejas por una señora como Von der Leyen, es evidente que cuando el pastor, obnubilado por su ideología, toma decisiones más torpes de lo que lo haría cualquier oveja no sirve para guiar ningún rebaño.
Pero peor aún es que las decisiones en contra del rebaño se tomen sin consentimiento lícito y a sabiendas de que le conducen a la opresión, la ruina y la desgracia. Eso sí, sacrificando a Europa, pretenden salvar la economía del hegemón de su situación de descontento interno.
No es la primera vez que la Presidenta de la Comisión Europea toma decisiones de mucho calado por su cuenta guiada de sus propios intereses y los de sus amigos. La compra de las vacunas para el covid-19 es un ejemplo de su “modus operandi”.
¿Alguien investigó qué vínculo personal, familiar o de interés meramente económico había con la industria farmacéutica?
Los indicios se desechan cuando se trata de poderosos pero se retuercen e investigan, aunque se fundamenten en bulos interesados, cuando se trata de sujetos incómodos u oponentes políticos. De eso, desgraciadamente, también tenemos ejemplos dentro y fuera de nuestro país. Y la U E tampoco está libre de corrupción, como ya se documentó incluso en las altas instancias dónde dicha causa provocó dimisiones.
Tampoco es la primera vez que la cúpula de la U E toma decisiones en política exterior contrarias a los intereses europeos, a los derechos humanos y a las voces ciudadanas de muchos países y de líderes de algunos estados, clamando por la paz, el cese de la guerra, del genocidio de Israel en Gaza…
Pero no hemos visto un solo gesto que haga una condena explícita al genocida Netanyahu, que cese el envío de armas a Israel, que se le impongan sanciones como se le imponen a Rusia, no. Porque los intereses políticos y económicos son otros. Las varas de medir también.
En ambos casos la U E obedece a los EE UU y, en esa entrega se hipoteca la soberanía europea, se deshumaniza la política y cualquier posibilidad de reforma y afianzamiento de la U E se desvanece inexorablemente.
Lo ocurrido en Turnberry lo resume todo: Trump manda, Von der Leyen obedece, en un acuerdo que incomoda a muchos países europeos y que hasta ahora solo ha defendido Alemania. Un acuerdo que blinda la industria armamentista y la economía americana y refuerza la OTAN, punta de lanza norteamericana para provocar y mantener las guerras necesarias para sus intereses y a cuyo frente está otro lacayo de Trump, Mark Rutte, “un auténtico trasatlantista” como lo definió Stoltenberg y, un auténtico adversario de la política de bienestar social en la U E.
Entre la Presidenta de la Comisión Europea y el Secretario General de la OTAN, el futuro de la U E está transitando del desarrollo económico a la involución y el empobrecimiento, del estado de bienestar a la desigualdad y la miseria, de la industria civil a la armamentista y, de una sociedad pacifista a otra bien distinta que sirve a la guerra. De su peso como potencia económica, su identidad y tradición democrática y su influencia política, si continúa por este camino, solo quedará un recuerdo de lo que pudo ser y no fue.
Prueba de ello es el pacto arancelario firmado en Turnberry entre Donald Trump y Ursula von der Leyen. Se trata de “una claudicación histórica de la Unión Europea ante el chantaje de un presidente estadounidense que actúa como un matón arrogante. Bajo la excusa de evitar males mayores, la Comisión Europea ha aceptado un acuerdo humillante y asimétrico: aranceles de entre un 15 % a la mayoría de productos europeos hasta un 50% al aluminio, acero y cobre europeo , más de 1,3 billones de dólares en compras de energía y armamento “made in USA” y ningún compromiso recíproco por parte de Washington”.
Pese a esa rendición sin condiciones, Trump ya está amenazando a la UE con aranceles del 35% si no cumple con la inversión de los 600.000 millones de $ que la señora Von der Leyen comprometió en compras a EE UU.
Me pregunto cómo la UE va a obligar a las empresas europeas a realizar esas compras, a renunciar a proveerse de energías más baratas y a fomentar otras vías de comercio. ¿Lo va a imponer la señora Von der Leyen como hizo con las vacunas?
El PCE va a plantear que el Gobierno de España se comprometa a vetar este acuerdo en el Consejo Europeo y que cualquier decisión de esta naturaleza se someta a la ratificación de los Parlamentos de todos los Estados miembros.
Solo con soberanía popular, con gobiernos que defiendan a sus pueblos y con una Europa de los pueblos libre de servidumbres militares y económicas será posible recuperar la dignidad perdida, aseguran.
No se puede perder lo que tal vez sea la última oportunidad de recuperar Europa.
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