Manuel Marrero Morales
Colectivo Prometeo
Hace un par de semanas CC.OO. y UGT convocaban una jornada de lucha para el próximo 15 de octubre. Y manifesté mi apoyo público a esta convocatoria porque considero que todas aquellas acciones que amparen la manifestación pública de la repulsa de la ciudadanía de este pais sobre el genocidio en Gaza perpetrado por el Estado sionista de Israel, son apoyables.
Añadí además la necesidad de que esa convocatoria se negociara en cada territorio con las fuerzas políticas, sindicales y ciudadanas presentes en cada lugar.
Los acontecimientos de los últimos días se han precipitado y no parece que haya que estar con medias tintas cuando se trata de presionar sobre nuestro gobierno y todos los de la UE, para que de una vez por todas rompan relaciones diplomáticas y comerciales con Israel, el Estado Genocida, apliquen el embargo de armamento pero también el boicot comercial, no permitan el uso de nuestro territorio para favorecer el paso de armamento para Israel. Si se hizo con Rusia y su invasión de Ucrania ¿por qué no con Israel?
A los miles de personas asesinadas en Palestina por las bombas y las balas, la mayoría niñas y niños, se le suman las que están muriendo de hambre. Y con la expresa prohibición de Israel de cualquier entrada de ayuda humanitaria. El único lugar en el mundo donde ocurre esta crueldad. Una barbarie.
Saltarse todas las normas internacionales, sin respeto alguno a los derechos humanos, cometiendo este genocidio que estamos presenciando en vivo y en directo, ha dado estos días un paso más: impedir la entrada de 500 personas, activistas internacionales que pretendían hacer llegar ayuda humanitaria a la población de Gaza. Israel, tomando como suyo un territorio que no le pertenece, amplia su ocupación hasta límites ilegales, con la zona de exclusión de un mar que tampoco le pertenece y detiene a los 500 activistas en aguas internacionales, tomándolos como rehenes de manera absolutamente ilegal. Y si no se adoptan medidas contra este cúmulo de ilegalidades, el Estado genocida de Israel seguirá campando a sus anchas ante el silencio y la complicidad internacional.
Esta agresión última es el culmen de una cadena ininterrumpida de agresiones que son motivo suficiente para que como sociedad demos un paso más y presionemos de forma decidida a la UE y a nuestro gobierno, con un arma que depende de toda la ciudadanía: la convocatoria de una huelga general, la paralización de un país que antepone la salvaguarda de los derechos humanos y su oposición frontal a este genocidio a sus propios problemas internos.
En Italia los sindicatos CGIL y USB han convocado una huelga general por Gaza. Es el momento de hacer lo que esté en nuestras manos. Y la huelga general es un instrumento poderoso que debe ser la continuidad a las múltiples salidas a las calles, que seguiremos realizando.
Está claro que todas las medidas que tomemos ayudan: salir a las calles, difundir la denuncia del genocidio, boicot a Israel desde el carrito de la compra, introducir el asunto en nuestras conversaciones con la gente de nuestro entorno,… y también paralizar el país con una huelga general, de verdad; no sólo convocatorias tibias de paros parciales y de lavado de imagen.
Frente al plan Trump, frente a la detención de 500 personas pacíficas y solidarias, frente al genocidio, tenemos que elevar nuestra voz planteando a nuestro Gobierno y a la UE exigencias de ruptura con Israel. Y esa es la huelga general.
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