En 2011 el número de desahucios en
este grandioso país fue de 58.241. En 2012, ese número subió en un 134%,
superando los 180.000. El 21 de
noviembre de 2012 iban 119 personas que se suicidaron por tener que hacer frente
a perder su casa por no poder pagar su hipoteca.
Estos datos son tomados del Diario El
Mundo, nada sospechoso de ser contrario a las políticas neoliberales que
aplican los distintos gobiernos. Mucho nos tememos que puedan ser mayores. De
hecho, cuando ya estábamos camino de Madrid para la reunión estatal, nos dieron el mazazo del suicidio de
Francisco Javier Lema, el primer afectado por un desahucio en Córdoba que fue
atendido por la Plataforma Stop Desahucios. A pesar de que le habían quitado su
casa, Hacienda le reclamaba el impuesto de transmisión patrimonial.
En todo caso, la situación por la que
están pasando vecinos, familiares, amigos, y que, en cualquier momento, podemos
vivir cualquiera en nuestras carnes,
es la plasmación de la absoluta falta de conciencia, de moral y de ética de
aquellos que disponen de los dineros públicos para hacer negocio. Dineros
públicos que se consiguen a través de recortar los que nos llegan, directa e
indirectamente, a los que pagamos impuestos, con lo que nos supone de empobrecimiento.
Al menguar nuestro poder adquisitivo para que ellos tengan más, no podemos
afrontar las deudas. Y su forma de pagarnos “el favor” es echándonos de
nuestras casas. Y queremos enfatizar el uso de la primera persona del plural. Nos afecta a tod@s. Porque, en primer
lugar, como decíamos anteriormente, NADIE
está a salvo de este riesgo. Y, sobre todo, porque l@s trabajador@s, si tenemos
aún algún atisbo de esperanza de que nuestra conciencia se regenere, debemos
tener claro que SI NOS TOCAN A UNO DE
LOS NUESTROS, NOS TOCAN A TODOS.
El sábado 16 de febrero, a las 18’00
horas, la Plataforma
Stop Desahucios , que se creó desde el movimiento 15M, convoca
en toda España, con el apoyo de la práctica totalidad de organizaciones
sindicales, sociales y vecinales, manifestaciones a la que creemos que tenemos
que responder. Porque es, precisamente esta lucha, donde ha quedado demostrado
por enésima vez que el que pelea suele conseguir su objetivo. Sabemos que es
una mala noticia para tod@s aquell@s que dicen que contra lo que está pasando
no se puede hacer nada y que al final se saldrán con la suya. Lo sentimos. Es
mentira. Una mentira como muchas otras que usamos para excusarnos, sin
conseguirlo, para asumir la derrota, para esconder la cabeza cual avestruz
“cagona”. Y la realidad, la verdad,
incómoda pero tozuda, es que se consiguen cosas luchando: se han parado miles
de desahucios, se han frenado despidos, se han mejorado condiciones de trabajo,
se han paralizado privatizaciones de hospitales, se han frenado leyes injustas.
Claro está, todo esto ha pasado allí dónde la lucha ha sido organizada,
planificada y, sobre todo, respondida y apoyada.
Compañer@, amig@, conciudadan@, el
sábado 16 tenemos la obligación de demostrar en la calle al gobierno y sus
compadres los banqueros que no estamos dispuestos a consentir este continuo
robo. Que, ante el genocidio que están suponiendo los suicidios por esta
situación, D. Mariano Rajoy no pueda decir aquello que, con todo el descaro que
le caracteriza, dijo tras las manifestaciones de la huelga del 14 de noviembre:
“Es
cierto que salen miles de personas a protestar. Pero son la una minoría. Así
que nuestro gobierno tiene que respetar a la inmensa mayoría que se queda en
sus casas demostrando que entienden las reformas que estamos adoptando”.
¿Es éste
tu caso?
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