viernes, 14 de febrero de 2014

Declaración Política de la Mesa Estatal del FCSM: Victorias Populares




    La situación del país en el pasado reciente ha empezado a modificarse. Dos rasgos caracterizaban esa situación. Por un lado, la desoladora crisis económica y social, consecuencia de las políticas de ajuste y austeridad. Por otro, la monolítica e inamovible actitud del PP, que con sus agresiones y su política reaccionaria, incluida la represión, y con su contumaz desprecio a las protestas populares, había llegado a provocar cierto desánimo en las movilizaciones,  que han sido considerables desde la aparición del 15M y que  concluían en casi todos los casos dándonos contra el muro levantado con la mayoría parlamentaria del gobierno.
     Sin nada positivo que ofrecer, sino paro y sufrimientos, el Gobierno ha lanzado una campaña sistemática de propaganda huera sobre que la crisis económica ha dado la vuelta a la esquina y que se ha iniciado la recuperación. Contra este análisis y pronosticó hay que reafirmar que la crisis se prolongará por bastante tiempo, con todas sus secuelas sociales, y que la recuperación ni tiene fuerza para prender ni hay razones de fondo en la economía española para esperar que se ponga en marcha. Sin perjuicio de algunos datos, obtenidos de forzar las estadísticas aquí y allá, es bastante más probable que se produzcan nuevas conmociones en la economía que nos retrotraigan al pasado, teniendo en cuenta que los problemas de la deuda exterior y la deuda pública no se han solucionado sino que, como está ocurriendo con esta última, ha experimentado un crecimiento incontenible que atenaza la política económica en el contexto de la crisis del euro y la inestabilidad financiera internacional.
     Sin embargo, frente a la ficticia euforia del PP, el malestar social no ha dejado de crecer y por muchos motivos la presión en la caldera que constituye el país no ha dejado de aumentar, afectando incluso al conjunto de las instituciones políticas y partidarias.
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     El sombrío mundo al que nos veníamos acostumbrando, sin luces y sin brechas, se ha roto, habiéndose producido algunos hechos fundamentales que permiten sospechar un cambio en las expectativas políticas. Nos referimos claro está a los últimos éxitos de las movilizaciones sociales, con los resultados favorables de algunas huelgas defensivas, el Gamonal y la victoria contra la privatización de la sanidad en Madrid. Destellos en un clima tormentoso y cargado que, si se generalizan y aprovechan las enseñanzas, pueden cambiar profundamente el panorama político, en un tiempo además en el que la inminencia de las elecciones europeas puede remover el mapa político y resquebrajar el bipartidismo dominante, principalmente por el desencanto de los ciudadanos más que por la emergencia de alternativas, como parece que reflejan las encuestas.
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     La situación con la crisis económica y social vigente y los nuevos ánimos populares abren la posibilidad de torcer el brazo al gobierno, contraponiendo a las directrices del poder la voluntad de esa mayoría social, y nos dan tareas suficientes para mantener la actividad e impulsar la organización del Frente. Es así como estamos comprometidos con las próximas movilizaciones, las ya convocadas –con especial referencia a las marchas de la dignidad del 22 M- y las que puedan surgir con carácter general o local por la política reaccionaria que se da en todos los ámbitos, derivada de del “austericidio” y las concepciones morales de la derecha. Combates políticos de importancia capital están abiertos, como es la ley de seguridad ciudadana, la eliminación de los derechos de la mujer al aborto, los escandalosos desahucios y todos los ajustes, abusos y recortes que se intentarán imponer siguiendo las exigencias y directrices de las instituciones internacionales y los mercados financieros.
Por supuesto, seguimos pensando que la izquierda, si además de protestar y defenderse quiere plantear alternativas al sistema e impulsar soluciones reales a la crisis económica y social, ha de aclarar el tipo de relaciones que se deben mantener con Europa – la recuperación de la soberanía económica es imprescindible- y se ha de avanzar en la eliminación de la deuda pública, cuyas cargas, habiéndose sobrepasado el billón de euros, son ya insostenibles. Los datos sugieren que se esa generando otra gran burbuja financiera global cuya eclosión tendría efectos incalculables sobre las poblaciones. Por otra parte, los objetivos y presiones de la Troika no dejan ningún margen para llevar una política distinta a la que se viene practicando, con las consecuencias dramáticas que sufrimos.
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El país, como hemos expuesto y analizado desde que el Frente Cívico surgió, está en unas circunstancias excepcionales, donde la multiplicidad de factores que están entrando en juego hace imposible determinar el futuro. No obstante, nuestras tareas de articular sociedad, infundir conciencia social, comprender que la lucha en necesaria y perfilar objetivos claros y decisivos pueden verse favorecidas y recibir nuevo ímpetu. Así como cobrar una trascendencia que hasta ahora se nos presentaba lejana. Estar a la altura de las circunstancias, comprender que el futuro podemos escribirlo la inmensa mayoría, debe animar a todos y todas las personas que integran el Frente Cívico para que, unidos nosotros y fomentando la unidad de las clases populares y las fuerzas progresistas, demos solución a esta dramática situación de nuestro país.
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Para el Frente Cívico, partiendo de la firmeza y claridad en los objetivos perseguidos, de la búsqueda e impulso de la unidad, construyendo la mayoría que somos sin sectarismos ni exclusiones, y de la movilización y la lucha como instrumentos del avance social, el año 2014 puede iniciar el tiempo nuevo que venimos preparando para sacar al país del abismo.
En Córdoba, a ocho de febrero de dos mil catorce

1 comentario:

F. Franco dijo...

Esta muy bien.
Pero si queremos cambiar las cosas, no queda mas remedio que crear un programa alternativo que remedie la situación de buena parte de los ciudadanos que hoy las están pasando canutas y crear un frente electoral, para las próximas elecciones generales.
Sin olvidarse de todas las luchas que se llevan y las que hagan falta, ni del contra poder que defiende Julio Anguita.