martes, 17 de junio de 2014

Carta de Julio Anguita al FCSM: Una autoevaluación colectiva


Julio JairoJulio Anguita
    En cualquier actividad humana y especialmente en aquellas que implican relaciones sociales en la búsqueda de acuerdos y consensos para crear mayoría, se hace necesario cada determinado tiempo hacer un alto para evaluar, reflexionar y analizar la situación de los objetivos perseguidos, los métodos, la fuerza social y, sobre todo la capacidad para pasar a otras fases o estadios de la consolidación del proyecto. En nuestro caso, el de desarrollar un contrapoder cívico capaz de cambiar las cosas en el horizonte de la consecución de los DDHH.

    Es el proceso de acción- reflexión- acción, etc. tan explicado y defendido por los clásicos. Una hiperactividad de movilizaciones, actos, luchas, y demás manifestaciones del clima de crispación social que no vaya acompañada de los tiempos dedicados a pensar sobre el objeto de la movilización conduce a la inacción, la falta de apoyos ciudadanos y, lo que es peor, a la agitación rutinaria. Y de la misma manera, todo proyecto con la voluntad suficiente de atraer apoyo cívico para su avance, crecimiento y complejidad que se desligue de la acción por mor de una permanente discusión académica en el encerado sobre las ideas puras, conduce irreversiblemente a la muerte a causa del alejamiento de la realidad.
    En este mes de Junio hace dos años que lancé el llamamiento para la constitución del Frente Cívico-Somos Mayoría. En este mismo mes del 2014 se va a producir, por mandato de la Asamblea Constituyente, un cambio de personas en la Mesa Estatal. Creo que es éste precisamente el momento indicado para tomar decisiones a la luz de la reflexión sosegada, reposada y sobre todo colectivamente efectuada .Creo que la confluencia de ambos acontecimientos es una ocasión inmejorable para que hagamos una autoevaluación colectiva sobre el momento del Frente Cívico y especialmente sobre su futuro. Mis opiniones, comentarios y sugerencias son fruto de la observación permanente del Frente Cívico y sus avatares. Escribo estas líneas sin otra intención que la de aportar al debate colectivo. Para una mayor claridad -y brevedad – en la exposición, la hago a través de puntos.
1. Para el movimiento social y político ciudadano en todas sus manifestaciones, organizaciones y luchas hay un antes y un después del 22 de Marzo de 2014. Mis valoraciones y propuestas sobre aquella jornada ya las expuse en el artículo titulado ¿Y ahora qué? el 24 de Marzo. Lo que quiero resaltar ahora es que no hay posibilidad de afrontar el futuro de nuestra lucha sin tener en cuenta las enseñanzas de aquella acción.
2. Nuestra corta historia hasta esa fecha ha sido la de una serie de fases en las que la concepción y desarrollo del Frente Cívico-Somos Mayoría tuvo que sobreponerse a una serie de dificultades dimanadas de las inercias con las que se juzgaba y aquilataba la nueva organización. Creo que ese debate ya fue superado y ahora resta situarnos en el contexto del de después del 22-M.
3. Con apenas organización, medios, infraestructuras y ecos en los medios de comunicación hemos sido capaces de estar con acierto en el lugar preciso y con las iniciativas concordes con el momento. Y lo hemos hecho realizando un papel poco usual pero que en nosotros constituye una característica esencial: la renuncia al protagonismo facilón, mediático y flor de un día. Nuestro trabajo se supedita totalmente y siempre, a conseguir los objetivos parciales y estratégicos que compartimos con la mayoría. Esa es precisamente nuestra especificidad. Trabajamos permanentemente para la unidad en la lucha y en la construcción del contrapoder ciudadano.

4. Pero ahora estamos ante una nueva fase, ante una nueva etapa. El poder económico social e ideológico que hegemoniza a la inmensa mayoría de las fuerzas políticas se apresta a dar una vuelta de tornillo más a su dominación. La troika ya ha dado las instrucciones de más recortes para después de las elecciones europeas. El llamado proyecto europeo es una falacia en la que las oscuras y opacas negociaciones entre la UE y USA sobre el Tratado de Libre Comercio desembocarán – a no impedirlo- en empeoramiento de la economía y las condiciones de vida de las poblaciones trabajadoras. El anuncio de una coalición del bipartito como en Alemania, no es un desliz de González sino la necesidad que ese poder tiene de resolver una grave “cuestión de Estado”. GÜRTEL, ERES y el caso NOOS contienen la suficiente cantidad de corrupción endémica e institucionalizada como para llevarse por delante al régimen de la Transición. En consecuencia, estemos preparados para asistir a una operación de Ley de Punto Final que haga borrón y cuenta nueva. Así son la mayoría de las llamadas cuestiones de Estado.
5. Este es el panorama que se abre ante nosotros y ante los demás movimientos y colectivos que compartimos la misma lucha y el mismo proyecto de construir el contrapoder ciudadano. Y exactamente ahí, en esa coyuntura, es donde debemos insertar nuestra capacidad de análisis, lucha, pedagogía, planteamientos programáticos y alianzas. En torno a esa tarea me atrevo a dar opiniones y propuestas. Tomadlas como aportaciones y reflexiones, cara al debate que sin duda plantearéis.
Reflexiones y apuntes
1. Para la nueva fase que inaugura el 22 M ,el Frente Cívico necesita de una Mesa Estatal y de otros órganos de coordinación acorde con la situación. Pero la renovación necesaria debe contemplar la necesidad de que siempre y en cada cambio de personas quede un grupo de compañer@s de la Mesa anterior para que haya una garantía de continuidad en el trabajo colectivo. Y eso no es una cuestión de porcentajes, reglamentos o estatutos sino del buen sentido común que dimana de la asunción del proyecto.
2. El Frente Cívico necesita expandirse, organizarse y asentarse en territorios, problemáticas sectoriales y permanentemente en el tejido social. Nuestra capacidad de trabajo flexible, coyuntural y de actualidad necesita, precisamente, de una organización que garantice esa maniobrabilidad. Estoy diciendo que debemos relanzar la idea del Frente Cívico en esta nueva coyuntura. Nuestra capacidad organizativa ya ha dado de sí todo lo que podía dar. Y ha sido mucho.
3. Uno de nuestros rasgos característicos del que hemos blasonado ha sido la entrega totalmente desinteresada al proyecto. Nuestras afirmaciones de que aquí no se le preguntaba a nadie de donde venía sino a donde quería ir constituye, junto lo de que aquí no venimos a servirnos sino a servir, una marca especial que ha sido reconocida por los demás. Pero esa verdad ha velado, ha ocultado algunos aspectos y situaciones que ahora deben abordarse.
4. Todo lo realizado desde nuestra fundación ha sido en virtud del esfuerzo, trabajo y sacrificio de tod@s nosotr@s. Pero en justicia he de decir que en bastantes casos el sacrificio ha sido algo más que heroico. Gastos de desplazamiento. hospedaje y otras necesidades inherentes al desarrollo del Frente Cívico han descansado sobre las espaldas de cada uno y de cada una. Este esfuerzo no se ha repartido sobre situaciones personales idénticas o similares. Ha habido, y hay, ejemplos de entrega al trabajo con condiciones económicas que califico de increíbles y hasta escandalosas. Nosotr@s partidari@s de la justicia distributiva más ejemplar no podemos seguir ignorando esto. Porque de hacerlo estaríamos diciendo que solamente pueden dedicarse a la lucha social aquellos y aquellas que tienen determinado nivel de ingresos. Sería volver a los tiempos en que la actividad política o social era cosa para potentados.
Esta reflexión conduce a una toma de decisiones que corrija esta situación porque corregirla es garantizar la viabilidad futura del proyecto. En consecuencia, propongo que la Mesa Estatal ponga en marcha el proceso pertinente para que la autofinanciación del Frente Cívico sea también una cuestión de participación democrática de sus afiliados y simpatizantes. Y además una cuestión de corresponsabilidad.
Permitidme que aclare algunas cuestiones que sobre esta propuesta puedan aparecer. En el Frente Cívico nadie debe disfrutar de una retribución que posibilite la “profesionalización” por dedicación a él; pero sí debe ocuparse de que tareas concretas para el mantenimiento del Frente no supongan merma alguna a los compañer@ que las realicen y tengan su justa compensación, además de ocuparse de las tareas del mismo sin que ello redunde en más sacrificios que los del tiempo, el esfuerzo y la dedicación. Por otra parte la propia organización necesita como tal de unos mínimos de maniobrabilidad y dedicación.
No hay problema alguno si en las cuestiones económicas -de cualquier cuota o aportación- existe, desde el principio, el control en origen. La experiencia de muchos años me ha enseñado que es la inhibición en la correcta vigilancia de quienes debieran hacerla el origen de ciertas desviaciones.
Y queda una última cuestión que no es precisamente la última en importancia. Los acontecimientos que han desembocado en el 22-M han hecho imposible desarrollar ciertos acuerdos y propuestas que estaban contempladas en nuestros documentos fundacionales. Destaco dos de ellas:
Las Áreas de Elaboración Colectiva son el método más eficaz para conseguir propuestas programáticas favorables a la mayoría, pero además son el instrumento más acabado para que en ellas se dé el encuentro entre los saberes y las necesidades. Las Áreas constituyen un lugar perfecto para establecer las alianzas para a la construcción del contrapoder. Para mayor explicación me remito a los documentos aprobados en Asambleas. Las Áreas de Elaboración tienen ya un primer material sobre el que trabajar: los 16 puntos que hemos aprobado. Dichos puntos necesitan de difusión, profundización, crítica, incardinación en la legalidad vigente, etc. es decir convertirse en proyecto de programa acabado que consiga el respaldo mayoritario por haber participado en su elaboración. La tarea de hacer posible las propuestas programáticas propias de un cambio de cambio necesitan de un trabajo en la base que solamente las Áreas pueden realizar.
Debemos relanzar en unos casos y comenzar en otros la tarea de la organización territorial del Frente Cívico. Sin organización territorial no existen ni el proyecto ni la organización, pero tampoco las garantías de participación democrática. Creo que ya es hora y sobre todo cara a lo que se avecina de poner en marcha la organización del Frente Cívico según el actual organigrama del Estado español.

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