Julio Anguita
Colectivo Prometeo
FCSM
La sentencia de que la mujer del
César, (Pompeya, su segunda esposa), no solo debía ser honesta sino
además parecerlo, ha quedado como una regla de conducta con la que se
miden instituciones, personas y colectivos ciudadanos.
El
fallecido juez Joaquín Navarro, escritor y crítico lúcido de la época
en la que España estaba presidida por Felipe González, solía ser muy
severo con el funcionamiento de la Justicia española. En ese sentido, y
en base a la experiencia vivida como juez y político (también fue
senador con el PSOE), acuñó la expresión que da título al presente
artículo: la Justicia genuflexa. ¿Hay argumentos para sostener dicha
afirmación?
En el año 2017 el Grupo de
Estados contra la Corrupción (Greco), dependiente del Consejo de Europa,
emitió un informe en el que denunciaba la corrupción en España con
estas palabras de la directora de la agencia encargada de hacer el
estudio: España está plagada de una serie interminable de excesos de
corrupción.
Por otra parte, el informe pone
de manifiesto que las autoridades españolas no han puesto en marcha sus
once recomendaciones para acabar con la corrupción y el conflicto de
intereses en los ámbitos político y judicial. Y de la misma manera dice
el informe realizado por Greco que las autoridades políticas nunca deben
estar involucradas en el proceso de selección en el ascenso y promoción
de jueces y magistrados en general.
De igual manera, la Red Europea
de Consejos de Justicia ha emitido un contundente informe en el que se
desvela que existen 718 jueces españoles que consideran que la
injerencia política en el funcionamiento de los tribunales es más que
preocupante.
Sin ambages denuncian que esa
injerencia de la clase política en la promoción de jueces es elevada y
se obvian los criterios de capacidad y experiencia.
En este marco en el que nos
movemos no queda más remedio que destacar el auto redactado por el
Tribunal Constitucional ante el recurso presentando por el Gobierno
sobre la posible investidura de Carles Puigdemont. Primero emite su
fallo y después dice que expondrá la línea argumental. Increíble.
Pero tampoco es de recibo imputar
toda la responsabilidad a la injerencia política del Gobierno u otras
instancias políticas. Creo que en todo este asunto también debe tener su
lugar la falta de deontología profesional, que antepone los intereses
personales o ideológicos a la aplicación de la Ley y la escrupulosidad
de los procedimientos. Y en este sentido sí parece que la Justicia
española está genuflexa ante el Príncipe...
1 comentario:
Joaquín Navarro fue senador del Partido Socialista Popular, el PSP de Enrique Tierno Galván. Sus libros Manos sucias: el poder contra la justicia y Palacio de injusticia. Sin esperanza y sin miedo, siguen siendo de plena actualidad. Ayer como hoy, desgraciadamente.
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