Colectivo Prometeo.
Estábamos varios miembros del
Colectivo Prometeo como casi a diario en nuestra habitual tertulia de medio
día, cuando llegó otro compañero comentando que acababa de escuchar en la radio
la noticia de que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias estaban firmando un acuerdo de
gobernabilidad. Realmente nos sorprendió la información y casi de inmediato
nuestros comentarios y opiniones se dispararon.
Pedimos que conectaran la
televisión y efectivamente las imágenes confirmaban la nueva.
Nos sorprendía, que mientras en
las anteriores elecciones, el PSOE había estado haciendo la campaña del miedo
de que viene la derecha y no conseguir la mayoría absoluta, dedicándose durante
varios meses a estar mareando la perdiz para no ceder en una coalición con
Unidas Podemos, que pudiera formar un gobierno de progreso y que aunque con
propuestas llamativas, eran totalmente engañosas y faltas de contenidos,
llegando incluso a justificar su negativa de admitir como Vicepresidente a
Pablo Iglesias. Tras dar un paso atrás éste, para no ser un obstáculo, siguió
rechazando cualquier posibilidad de pacto … pero claro es necesario entender
que detrás de esta oposición había poderes mucho más importantes para admitir
el cogobierno: la banca, los empresarios, la Unión Europea e incluso la
Iglesia.
No obstante, hay que reconocer
que tras la presión de los poderes antes mencionados, también estaba la
obcecación y prepotencia tanto de Pedro Sánchez, como miembros destacados de su
gabinete, que se negaban a reconocer un gobierno realmente de izquierdas que
les hiciera sombra, desenmascarando su falta de compromiso social y de una
auténtica ideología izquierdista que hace décadas abandonaron. No podían
permitir que por primera vez tuvieran los socialistas que compartir gobierno,
habiendo sido dueños y señores del bipartidismo político de este país.
Sin embargo no es una novedad en
Europa formar gobiernos de coalición, más de la mitad de la Unión Europea
actualmente están gobernando conjuntamente, a veces incluso con fuerzas de
diferentes ideologías y en ocasiones hasta con cuatro o cinco partidos
distintos, como es el caso de Finlandia, Eslovenia o Letonia con cinco fuerzas
en el gobierno, de Países Bajos con cuatro organizaciones diferentes o
Alemania, Bélgica y otras muchas.
Ha habido que repetir elecciones,
para que además del excesivo gasto económico supuesto, haya descubierto el Sr.
Pedro Sánchez que la jugada le ha fracasado: la exhumación del dictador y la
sentencia del Procés catalán, pensaba iba a favorecerle y la partida le ha
resultado mal. Lo único que ha conseguido ha sido un alarmante ascenso de la
extrema derecha que bien podía habernos costado a todos los españoles un giro
radical de nuevo a la derecha más rancia.
El hecho de celebrar nuevamente
elecciones, ha demostrado una vez más que la izquierda sigue teniendo un
problema de personalismo: es inconcebible que ante la oportunidad que se nos
presentaba de poder aunar esfuerzos en candidaturas únicas para lograr una
representatividad fuerte, seguimos disgregando nuestras fuerzas, como ha hecho
Iñigo Errejón con su proyecto de Más Madrid, que ha supuesto la pérdida de
miles de votos y varios diputados, como
ocurrió en su día con la aparición de Nueva Izquierda y otros experimentos
desgajados de IU. Tampoco favorece el propósito la permanencia de pequeños
grupúsculos, que restan algunos miles de votos, como pueden ser diferentes
ramas comunistas, llámense Partido Comunista Obrero Español, Partido Comunista
de los Trabajadores, Partido Comunista del Pueblo Andaluz y tantas variantes
como circulan por todo el territorio, que bien podrían beneficiar el modelo
común.
Ahora sí que “le ha visto las orejas
al lobo y su amenaza de que viene la derecha, que viene la derecha”, ha
estado a punto de costarle el cargo y no ha tenido más remedio que tragarse su
orgullo y doblegarse ante quien le había facilitado en el pasado la moción de
censura y su acceso a la Presidencia del Gobierno. Por ello se ha visto en la
obligación urgentísima de pactar con quien hace sólo unos días, éramos poco
menos que unos comunistas apestados.
Aunque los tiempos que se
aproximan son duros y difíciles, no hay más remedio que armarse de fortaleza,
no ceder ante los chantajes y presiones, manteniéndonos firmes en propuestas de
gobierno sociales y justas. Para ello, ahora más que nunca, por la posición que
se nos presenta tenemos que demostrar la honradez y transparencia de la que
hacemos gala y organizar a nuestras bases ideológica y políticamente, sin miedo
al futuro que se aproxima.
En mi opinión personal, sé que
muchos no lo compartirán, sería buen momento para devolverle al Sr. Sánchez una
bofetada sin mano y que además podría reforzar la idea de que nosotros no
estamos por los cargos y Pablo Iglesias en un gesto de gallardía, podría declinar
la Vicepresidencia en otra persona destacada de Unidas Podemos, como Irene
Montero, una mujer o el propio coordinador de Izquierda Unida Alberto Garzón,
aunque él permaneciera como apoyo ideológico de dicha Vicepresidencia.
Ha llegado el momento de la
verdad y el valor para ejecutar realmente un futuro social, de progreso y
justicia, para desmontar el comentario
popular de “todos son iguales”. Ha llegado nuestra hora, es el tiempo de
que la sociedad perciba realmente que hay otra forma de hacer política, más
justa y solidaria.
No hay que tener miedo ni ceder
ante cambios necesarios y fundamentales, para el desarrollo de la economía y de
la sociedad.
Ha llegado la hora de acometer
una auténtica reforma laboral, no cambios y parcheos para seguir explotando al
trabajador, de fortalecimiento del empleo público, restableciendo y mejorando las pérdidas en
los Servicios Públicos, recuperando los valores detraídos en Sanidad,
Educación, Servicios Sociales y revalorizando las pensiones al nivel de vida y
aumentando el gasto público.
Es fundamental una nueva ley de
Vivienda que proteja al ciudadano, con un precio justo de alquileres, con un
control de los desahucios y de los fondos buitres de la banca, etc.
Es necesaria una subida de
impuestos racional a la Banca y las grandes fortunas, que puedan igualarse con
la presión fiscal de los países del entorno europeo, así como un mayor control
que reduzca o impida la evasión a paraísos fiscales.
Creación de una banca pública y
reclamación de devolución de los 60.000 millones del rescate de la banca
privada.
Hay que poner freno de una vez
por todas al adoctrinamiento de la Iglesia Católica en la sociedad, a través de
la enseñanza pública y concertada. De que como el resto de ciudadanos pague sus
impuestos, eliminando la financiación del Estado y sus exenciones fiscales y se
financie de los propios recursos o las donaciones de sus fieles, así como la
reducción de la utilización de espacio público.
Además si realmente queremos
cerrar las heridas del franquismo y la represión, es necesario continuar con el
desarrollo de la Ley de Memoria Histórica. La exhumación del dictador, después
de cuarenta años de compartir suelo con miles de víctimas, no es suficiente.
Hay que descubrir los miles de desaparecidos en cunetas y fosas, de reconocer los
torturados y las víctimas tanto de la Guerra Civil como de la Dictadura
posterior y sus verdugos. El monasterio del Valle de los Caídos debe
convertirse en un museo de la barbarie de un gobierno asesino y déspota.
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