Marea Verde Palma |
Aula vacía |
Jorge Alcázar
Colectivo Prometeo
Profesor de la Pública
Sirvan
estas líneas como reconocimiento a los centenares de miles de
docentes de la Pública. Ánimo compañeros. Sirvan también como
apoyo para todos nuestros alumnos y alumnas, y para sus familias.
Estamos con vosotros/as, siempre. Sirvan de la misma forma como
herramienta dialéctica de denuncia y crítica hacia unas
administraciones y unos administradores torpes y cobardes. Enfrente
nos tendréis.
Va ya
para semana larga que se interrumpieron nuestras vidas. El quehacer
diario se rompió, pero todavía resuena en nuestros oídos el último
eco infantil en las escuelas, la última voz adolescente en las
aulas. No ha sido mucho el tiempo medido en horas y días, mas largo
se nos muestra cuando vemos la distancia que media de aquella última
imagen de un patio o de una sala de profesores, a hoy. Y en esta
corta distancia temporal, que no emocional, profesores/as y
maestros/as hemos comprendido la altura de nuestro cometido. En
tiempo récord, con muchos esfuerzos y dificultades, poniendo
nuestros propios medios y recursos a disposición de nuestra tarea
vital –dar la mano al otro para que se eleve y nos supere-,
huérfanos de recursos e instrucciones por parte de nuestras
administraciones, nos hemos arremangado a fondo para retomar el
contacto -raíz esencial- con nuestros alumnos/as, para hacernos más
visibles que nunca en estos duros momentos, cuando se nos necesita
más si cabe que antes.
Ahora,
cuando millones de trabajadores/as de nuestro país se están
elevando sobre sí mismos en su grandeza, con el personal de la Salud
Pública a la cabeza, nosotros, los docentes de la Pública,
enfilamos el ejemplo y nos situamos al frente, sabiendo que de estos
hombres y mujeres se hace un pueblo.
Los
docentes de la Pública nos elevamos para decir que removeremos cielo
y tierra para localizar a cualesquiera de nuestros alumnos, para
rescatarlos de la desconexión digital que pueda amenazarlos en estas
horas terribles, con la seguridad tranquila de que no permitiremos
que nadie se quede atrás, sabiendo que nuestra principal labor hoy
es acudir a ellos/as para transmitirles la tranquilidad, la confianza
y el cariño tan necesarios ahora.
Nos
elevamos porque sabemos que aunque nunca se podrá sustituir nuestra
y vuestra presencia en las aulas por una pantalla, debemos hacernos
sentir ahora cerca, y aquí estamos.
Nos
elevamos para paliar las carencias que en casa puedan haber, porque
sabemos cómo se está pasando en la de Juan o Lucía, y hace poco
tuvimos noticia de aquel despido de la madre de Raquel, de aquella
hipoteca que amenazaba a los padres de Paquito, de esa maldita
violencia de género en la casa de Inés, o de lo difícil, en suma,
que puede ser la adolescencia y lo duro que es ser padre y madre,
sobre todo cuando se vive en un barrio obrero.
Nos
elevamos para estar ahí sin más pretensión que la de que os
sintáis acompañados en estas horas, eternas, para que sepáis que
al otro lado del ordenador o el móvil está vuestro/a profe, no para
aprobaros o suspenderos, no para poneros una nota u obligaros a
entregar ese trabajo o aquella ficha, sino para haceros sentir alivio
en el vacío que hoy tenéis.
Nos
elevamos porque queremos ayudaros a APRENDER, no a aprobar. Porque a
pesar de todo lo malo que nos está ocurriendo, siempre hay un
momento para aprender, para hacerse más grande, vosotros y nosotros,
y siempre encontraréis esa mano que os va a guiar.
Nos
elevamos porque vuestras familias son las nuestras, porque sabemos
los duros momentos que atravesáis cuando os veis amenazadas por el
despido en el horizonte, por la hipoteca del banco que no perdona,
por la conciliación en casa, por la falta de recursos, por el
problema de salud, porque sabemos que si ayer la vida era dura, hoy
lo es mucho más.
Nos
elevamos porque ahora, como siempre, es tiempo de que estemos a
vuestra altura, que es la misma que la nuestra: la altura del que
solo tiene dos manos para ganarse la vida, de los/as que deben sacar
una familia adelante. Y sabemos por ello que en todas las casas no
tiene porqué haber una conexión a internet o varios ordenadores, y
cómo son vuestras largas jornadas laborales. Y con esto os decimos
que contéis con nosotros y nosotras, pues somos masa de la misma
madre. Aquí estamos.
Nos
elevamos porque no trabajamos con números abstractos. Trabajamos con
alumnos/as con nombres y apellidos y sentimientos, seres humanos con
sus circunstancias particulares, con sus ritmos, sus necesidades y
sus capacidades de aprendizaje individuales. Porque llevamos a fuego
grabado que queremos enseñar para que aprendáis, para que penséis
por vosotros mismos, no para convertiros –como algunos pretenden-
en simples piezas de su maquinaria, en elementos fácilmente
reemplazables. Porque trabajamos en vosotros el futuro que deseamos.
Nos
elevamos para permanecer a la espera, desde nuestro ordenador y
teléfono hoy, mañana desde nuestra aula –porque mañana llegará,
de que tengáis alguna duda, algún problema o dificultad, algo que
nos queráis contar. Porque nuestra labor trasciende a una jornada
laboral, a un salario, a un documento signado con las instituciones,
porque nuestro compromiso es con vosotros/as, la enseñanza, nuestra
sociedad y la Pública.
Nos
elevamos porque a pesar de los días transcurridos sin instrucciones
precisas, sin directrices dadas, sin recursos, sin medios, trabajando
desde el voluntarismo y el compromiso, en el total abandono
administrativo, apañándonoslas como mejor podemos y sabemos, con
voluntad, ilusión, desprendimiento y ganas de dar la batalla, os
damos lo mejor de nosotros/as y ya os decimos que no os vamos a
abandonar.
Nos
elevamos porque nuestra ola no entiende de territorios ni fronteras.
Desde Andalucía a Euskadi, en cualquier pueblo o ciudad de España,
se encuentran los docentes de la pública, que tras su ordenador, a
estas mismas horas en que se lean estas líneas, estarán atendiendo
a sus alumnos/as, investigando cómo formarse mejor para llegar más
lejos, preocupados en dar respuesta a cada uno de sus chavales/as,
reunidos con su equipo educativo, con su departamento, con su
directiva, para aportar soluciones y mejoras, para escuchar y servir
de apoyo, para arrimar el hombro al de los demás y salir a flote.
Nos
elevamos porque nosotros somos la Educación Pública. Ese nosotros
generoso, plural, laborioso, comprometido y amplio que se nutre de
familias, alumnado y docentes. Ese nosotros que se sabe parte del
nosotros más amplio edificado a la voz de sanitarios, funcionarios
públicos, autónomos/as, pequeños empresarios/as y trabajadores/as
con o sin empleo, jubilados, capital humano que al fin y al cabo y de
veras construye el cuerpo de un país, que da color y sentido a la
patria sin necesidad de banderas, que moldea un pueblo que saldrá
adelante con sus propias manos.
Y sin
duda, triunfaremos. Y entonces volveremos a nuestras aulas, saldremos
a los patios de los colegios, recorreremos nuevamente los pasillos de
los institutos, poblaremos otra vez de lecciones, gritos, algarabías
y, en definitiva, vida, nuestras escuelas, patria de la niñez y la
juventud, fábrica de futuros.
Por
una Enseñanza Pública y de Calidad para todos/as.
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