Colectivo Prometeo
Mucho se habla estos días
sobre que Occidente, (EE UU y OTAN), han ganado la guerra de la narrativa
frente a Rusia. Claro está, si se prohíbe el acceso a las plataformas que
puedan informar sobre el otro bando, cometiendo así el mayor ataque a la
libertad de información producido en la U.E. es fácil arrastrar a la opinión
pública hacia el relato único que se quiera imponer. En estos momentos, no es
fácil que los medios de comunicación permitan que los periodistas a su servicio
se aparten del relato oficial, un relato único que en realidad desinforma e
impide crear opinión fundada y que la ciudadanía tenga criterio propio.
Honrosas son las excepciones en este sentido.
En la “democrática”
Ucrania, Zelenski ha cerrado todo canal de comunicación que no sea fiel a su
discurso e incluso ha ilegalizado y apartado del aparato estatal a partidos y
organizaciones que disientan de su actual política. Eso sí, el batallón Azov,
asociación formada por neonazis, continúa considerada como parte del aparato
del Estado y actuando a sus anchas, quemando incluso miles de toneladas de las
reservas de cereales cuando tienen que retroceder en una zona, sin importarles
que la población ucraniana se quede sin el alimento básico imprescindible. Esa
es la manera de defender la democracia en Ucrania.
De la UE no vamos a hablar en este contexto porque, escuchadas las palabras de Pedro Sánchez cuando se le preguntó por Europa, no cabe duda al respecto: “Europa somos OTAN”, afirmaba ayer.
La otra versión de Europa
la dio Zelenski en su discurso para la Cumbre de la OTAN definiendo la guerra
de Ucrania: “Es una guerra por el derecho a dictar las condiciones en Europa,
por cómo será el futuro orden mundial. Por eso es absolutamente necesario
apoyar a Ucrania incluso ahora, con armas, dinero y sanciones políticas contra
Rusia, lo que detendrá su capacidad de pagar la guerra”. ¿Les ha quedado claro
el objetivo de Zelenski, de su guerra y el de quienes la apoyan?
De momento, la única
certeza es que el precio europeo por las sanciones impuestas a Rusia son
inflación, recesión económica, desempleo, desigualdad y hambruna como
consecuencia y pérdida de derechos y coberturas de bienestar social en aras del
fomento de la inversión en gastos militares. Esto sin olvidar que la U E está
perdiendo su autonomía y la capacidad de soberanía para establecer su política
exterior e intereses económicos y geoestratégicos. Ahora “Europa somos OTAN”. Y
ya se sabe, la OTAN es el arma instrumental de los EE UU en el mantenimiento de
sus intereses económicos y geopolíticos. No hay que olvidar que para Biden el “América
primero” incluye los intereses estadounidenses en cualquier parte del globo.
Pese a que la crisis
energética, la escasez de recursos y el cambio climático, apuntan
inevitablemente a la necesaria moderación de la producción y el consumo y a la
relocalización de la producción, la descarbonización y el consumo de
proximidad, los EE.UU. y la OTAN optan por mantener la globalización para
preservar los intereses económicos del neocapitalismo, sin importar en absoluto
el regreso a las energías peligrosas y altamente contaminantes como son el
carbón y las centrales nucleares. Sin importarle tampoco que nos haya metido en
una guerra absolutamente contraria a nuestros intereses. Eso ya lo está
empezando a entender la ciudadanía europea que es la que ahora lo empieza a
sufrir las consecuencias en sus propias carnes. Y ya veremos, de seguir por
estos derroteros, lo que sucederá en otoño y en el gélido invierno.
La UE está pagando las
consecuencias económicas y sociales de la guerra sin ganar nada a cambio, pero
sí perdiéndolo todo, nuestra independencia y capacidad de crecer, de tener unas
fructíferas relaciones comerciales con nuestros aliados naturales, en fin, que
al parecer estamos asistiendo a la muerte de la soberanía nacional y también a
la europea.
¿Qué nos ha dejado la
Cumbre de la OTAN mientras tejían proyectos de guerra en el templo del Arte y
otros espacios de ensueño?
Además de unos gastos
estratosféricos en un país que tiene una inflación del 10,2%, la mayor desde
1985, y una inflación subyacente del 5,5%, la más alta desde 1983, la
pretensión de Biden de imponer acuerdos de ampliación de armamento en las Bases de la OTAN en Rota, vulnerando así el
Acuerdo votado en el Referéndum sobre nuestra participación en la OTAN, eso sí,
ahora ya nada se someterá a la aprobación del pueblo; total para qué, ya se
sabe lo que hace EE UU con los Gobiernos que no obedezcan sus imposiciones y no
estén dispuestos a servir dócilmente a sus intereses.
Pero hay más: La OTAN
señala a Rusia como la amenaza más directa y a China como un desafío. La OTAN
renace en Madrid para una época de conflictos globales. La OTAN se pertrecha
para una época de choque entre potencias. La OTAN declara la segunda guerra fría.
La pregunta del millón es ¿a los intereses de quién responden todos estos
titulares sobre los acuerdos tomados en Madrid?
¿Acaso han consultado a
la ciudadanía europea sobre esa declaración de guerra fría? ¿Lo hicieron anteriormente para romper las relaciones
con Rusia e imponer todo tipo de sanciones que se vuelven contra nosotros
mismos? ¿Quién es Zelenski para plantearnos la obligación de asumir su guerra y
pagar sus consecuencias, so pena de que Rusia nos invada?
De nuevo nos hallamos con
la profecía autocumplidora. Los visionarios de occidente continúan con su
expansión de la OTAN acorralando a Rusia en sus fronteras, amenazan y provocan
a Putin desde todos los ámbitos, y si se defendiera, lo que ahora es el
pretexto para acorralarle lo convertirá en causa para atacarle. Putin
advirtió de que no piensa atacar ni se
opone al ingreso de países nórdicos en
la alianza, siempre que no se instalen
Bases y armamento de la OTAN en sus fronteras.
Dice un viejo proverbio
que no hay que humillar tanto al enemigo que le obligues a atacar. Occidente no
debería olvidarlo; pero lo hará, porque es su pretexto para que la profecía se
cumpla.
Por cierto, ¿por qué no
se habla de los más de 100.000 soldados estadounidenses que recientemente
desembarcaron en Sudán? Será que cuando lo hace EE UU no es una invasión. Ahora
también se olvida que Ucrania, en su guerra interna, viene masacrando
ucranianos desde 2014. También será que los muertos ucranianos solo son muertos
si los matan soldados rusos.
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