viernes, 9 de agosto de 2024

Cambiar para que nada cambie




Remedios Copa
Colectivo Prometeo

Si llevamos décadas de advertencias de los peligros a los que nos avocaba el capitalismo extractivista, el consumismo absurdo más allá de lo necesario, la nefasta cultura de usar y tirar y la obsolescencia programada, ahora nos venden como alternativa fantástica para resolverlo todo las energías verdes, la economía circular y la sostenibilidad.

Hemos pasado de denostar mencionar siquiera el Decrecimiento a esgrimirlo como bandera para vender la moto de supuestas soluciones que gozarán de ingentes cantidades de dinero público destinadas a manos de un escaso número de grandes empresas, mayoritariamente extranjeras, que haciendo gala de los eslóganes de verde y sostenible llenarán sus arcas de beneficios a la vez que contribuyen a la contaminación, el calentamiento global y la destrucción de la economía, el medio de vida y la salud de las personas en cuyos entornos naturales se explotan los nuevos negocios de lo verde y la sostenibilidad. Esos proyectos distan mucho del verdadero Decrecimiento.

Verde y sostenible es la economía que respeta el medio natural de una zona y la biodiversidad propia del ecosistema, con producción y consumo de proximidad y agro-ganadería extensiva, con un desarrollo equilibrado de la transformación y comercialización de los productos propios de la zona y un desarrollo industrial equilibrado y sostenible que favorezca entre otros aspectos la fijación de la población al territorio, fomento de la calidad de vida y la salud, el respeto a la cultura y la soberanía alimentaria del territorio. Pero como podremos observar, los conceptos de ecológico, energías verdes y desarrollo sostenible que abanderan las multinacionales persigue y provoca todo lo contrario de lo que tales conceptos y el Decrecimiento pretenden. Es lo que ocurre cuando el contrario se apropia del lenguaje y manipula en beneficio propio los conceptos de un proyecto, ideología o filosofía.

Haciendo un poco de historia reciente, cuando en 2016 se organizaron en Ibiza unas jornadas “dirigidas a despertar una conciencia crítica activa sobre el presente y futuro de las pitiusas”. La prensa recogía entonces la información comunicada por el Col-lectiu Desperta:es un pequeño grupo de afinidad que ha nacido con la intención de ayudar a fortalecer el tejido asociativo, vecinal y de todas las plataformas que trabajan por la transformación social y el decrecimiento económico y turístico de Eivissa”.  En definitiva, el objetivo era el “debate sobre la necesidad de decrecer turísticamente”. Un problema que no afecta únicamente a Ibiza.

Hablar de Decrecimiento asustaba entonces incluso a quienes formaban parte de muchos de los colectivos que luchaban por defender en su territorio formas de vida y actuaciones que sí eran y son decrecentistas y luchaban por implementar en sus comunidades principios y formas de vida que son propios de la filosofía del Decrecimiento. Pero el capitalismo, los políticos y las Administraciones no es que no se atrevieran a mencionar el Decrecimiento, es que lo rechazaban de plano; unos porque lo consideraban contrario a sus intereses, otros porque temían perder votos, y las Administraciones porque ya se sabe con quienes acostumbran a alinearse.

Ahora ya se están dando vuelta las tornas, pero unos, como apuntaba antes, lo están manipulando y tratando de venderlo como progreso hacia lo verde y sostenible encaminado a sus pingues beneficios; otros, como el caso de Ibiza o las Plataformas, Asociaciones y Redes que luchan en todo el territorio estatal para defenderse de los efectos de esa utilización perversa que, corporaciones económicas, políticos y Administraciones cómplices, está produciendo en el medioambiente, la economía autóctona, la biodiversidad, la salud y la forma de vida de cada vez mayor número de comunidades en nuestro país.

El Decrecimiento ya está en boca de todos pero, lo mismo que la Agenda Verde, en boca de los poderosos esconde veneno. Y si no es así, que se lo pregunten a la ciudadanía afectada por la proliferación de parques eólicos, (incluidos en parques naturales y zonas protegidas Red Natura, o en vías de ser consideradas como tal, y frenado su reconocimiento por los interesados en la expansión eólica que, super expandida en tierra ahora quieren llevar al mar), los huertos solares que cada vez ocupan más miles de hectáreas de tierras de cultivo, o las plantaciones de eucaliptos que además de arruinar la agricultura ocupando sus tierras, también han arruinado la ganadería extensiva y la recuperación de razas autóctonas que con tanto esfuerzo venían poniendo en producción empresarios jóvenes.

Hoy día en Galicia, la proliferación de las plantaciones de eucaliptos han sustituido a los bosques autóctonos, bosques de alimentos: nogales, castaños, frutales entre otros, plantaciones de cultivo y ganadería extensiva y, con ello se van pequeñas industrias de transformación, negocios de turismo rural, etc. A cambio, se abren minas a cielo abierto, se expulsa a la población de su medio natural, se autorizan y subvencionan proyectos como ALTRI, la mayor papelera de Europa que la Xunta apoya implantar en el corazón d Galicia y cuya contaminación nos afectará a todos…

Con respecto a los efectos de la contaminación de ALTRI en relación con la salud, es más que recomendable ver en YouTube  la conferencia “charla RISCOS PARA A SAÚDE DA MACROCELULOSA ALTRI...y también “Altri: a sede insostible”, un documental que habla de los futuros efectos. A pesar de haber publicado artículos en los que ya abordaba la problemática de ALTRI, ambos documentos permiten ahondar en información que desborda los límites de lo que, por razón de espacio, puede contener un artículo.

Con respecto a los nefastos efectos de las macrorenovables, que ni son verdes, ni justas, ni sostenibles, también da para un buen repaso en el que se pueden ver las repercusiones que la ciudadanía viene denunciando en las distintas comunidades de todo el Estado. Porque frente a los poderes fácticos, solamente la movilización ciudadana unida puede poner coto a los desmanes.

El Tribunal Superior de Justicia de Galicia acaba de suspender de manera cautelar tres proyectos de parques eólicos ya autorizados por la Xunta. El Tribunal basó su sentencia  en evitar el daño ambiental irreversible que su construcción puede provocar. Esta suspensión cautelar se añade al bloqueo de otros 52, cuyo pronunciamiento se llevó a cabo a raíz de las peticiones de suspensión cautelar promovidas por colectivos ambientales y vecinales.

 

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