Manolo Monereo
Colectivo Prometeo
Lo que los europeos tienen que comprender sobre el discurrir de la guerra de Ucrania hasta el momento es que construir una nueva arquitectura de seguridad, construir una casa europea sin Estados Unidos, se ha convertido en algo vital para su supervivencia”
Oskar Lafontaine (2023)
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Oskar Lafontaine y Sahra Wagenknecht |
Todos sabemos quién estaba por delante y quién estaba por detrás; tampoco se oculta demasiado, solo silencio y bulos que, dependiendo de los días, señalan pistas falsas para eludir la responsabilidad de los “primos americanos”, como diría John Le Carré. La vejación no pudo ser mayor: aliados de la OTAN sabotean una construcción estratégica, vital, de Alemania y no pasa nada. Es más, nadie denuncia, nadie investiga en serio, nadie dimite y, lo que es peor, el alineamiento del país germánico, del conjunto de la UE con la Administración Biden se hizo más estrecho, más férreo. Dicho a lo Vito Corleone: le hicieron una oferta que no pudieron rechazar. Este dato pone de manifiesto la determinación, la importancia decisiva que la guerra programada contra Rusia tenía para los EEUU y la necesidad imperiosa de contar con unos aliados europeos disciplinados y comprometidos, costara lo que costara. Lo que no esperaban era que Trump volviera a ganar las elecciones y que el escenario pudiese cambiar tan rápidamente. Es el problema de ser aliado subalterno de una gran potencia en declive y en plena mutación política, social y cultural. Ahora toca rasgarse las vestiduras, denunciar la ingratitud del malvado Trump e ir recomponiendo la figura para lo que viene, a saber: cambiar de opinión sin que se note mucho.
La pregunta hay que hacerla: