Los cambios fiscales anunciados por el gobierno, con impacto a lo
largo de 2015 y 2016, deben examinarse desde tres puntos de vista. El
primero, la redistribución de la carga fiscal que representan. El
segundo, la incidencia que tendrán en la incierta evolución económica.
El tercero, si son positivos o correctos en el contexto actual de crisis
económica.
Dichos cambios afectan en lo esencial al IRPF y al impuesto de
sociedades, pero encierran mucha letra pequeña cargada del carácter
reaccionario de toda la política del PP, como la nueva tributación de
las indemnizaciones por despido cuando superen los 2.000 € por año.
Valorar cómo repercutirán en el IRPF, con nuevos tramos y nuevos tipos, y
en el impuesto de sociedades, con la reducción del gravamen y algunas
modificaciones en las deducciones, exige una base informativa compleja
para calcular el impacto en cada grupo de impositores, según nivel de
renta y las fuentes de ésta.
Por ello, en lugar de hacer pronósticos aventureros hay que referirse
al comentario elaborado por el Sindicato de Técnicos de Hacienda,
GESTHA, cuyas conclusiones resaltamos sin más comentarios:
- La reforma fiscal aprobada por el Gobierno es “regresiva” y serán las clases medias las que “amortigüen” la rebaja a las grandes fortunas.
- La progresividad es la “gran perjudicada” de esta reforma al simplificar de siete a cinco los tramos actuales del IRPF.
- Los que ingresan más de 150.000 euros anuales, unos 73.000 españoles -en torno al 0,3% del total de declarantes-, son los más beneficiados.
- Los 11,5 millones de trabajadores y pensionistas que ganan menos de 11.200 euros anuales no se verán afectados por la rebaja fiscal propuesta, ya que actualmente no tributan.
- Al no bajarse otros tributos, como el IVA o los impuestos especiales, no se puede afirmar con la rotundidad que se baje la presión fiscal para todos.
- La rebaja del primer tramo del IRPF afecta a muy pocos trabajadores mientras que el aumento de las cuantías de los mínimos personales y familiares afecta a todos los contribuyentes por igual.
- Los 8,8 millones de ciudadanos que cobran entre 12.450 y 33.000 euros amortiguarán el impacto de la rebaja fiscal de las grandes fortunas, puesto que sus tipos aumentan entre 0,25 y 1 punto sobre la tarifa vigente.
- La rebaja progresiva del Impuesto de Sociedades “solo beneficiará a las grandes empresas, que a día de hoy ya no tributan ni de lejos por esa cuantía”.
Sobre el segundo enfoque, cabe resaltar que, empeñado el gobierno en
que la recuperación económica es un hecho indiscutible, ha sentido sin
embargo la necesidad de tratar de impulsar la demanda por medio de
reducir los impuestos directos. Se habla de una reducción de los
ingresos públicos, que alimentaría la capacidad de gasto de los
contribuyentes, de unos 9.000 millones de euros a lo largo de 2015 y
2016, una cifra, que de ser cierta, tendría una influencia mínima en la
evolución de la economía, pues apenas representa un 1% del PIB en dos
años. La reforma pasará sin pena ni gloria sobre la evolución de la
economía teniendo en cuenta el mínimo volumen que representa esta cifra y
que los mayores beneficiarios de los cambios son las rentas altas, cuya
propensión al consumo es menor que la de las capas sociales medias y
bajas. La debilidad de la recuperación, las dudas que suscita, el mal de
fondo en que está instalada la economía española no se modificará
significativamente, por lo que los cambios como instrumento de política
fiscal expansiva no cambiarán el clima de depresión existente.
El tercer aspecto de los retoques fiscales es el más esencial. Esos
retoques responden a intereses políticos del PP, dispuesto ahora a
convencernos de que ha llegado el momento de poder reducir los impuestos
y a mostrarnos que cumple con sus compromisos electorales a estas
alturas de la legislatura. Con ademán impasible, Rajoy justifica los
cambios pasando por alto y relegando la gravedad que reviste la
situación financiera del sector público. Bruselas ha llamado la atención
sobre el tema. El gobierno comete una ignominiosa irresponsabilidad
política introduciendo cambios que aumentarán el déficit fiscal cuando
el montante de la deuda pública alcanza ya unas dimensiones explosivas.
Con un déficit bastante incorregible, el billón de euros de la deuda
pública española, el 100 % PIB, es una bomba de relojería que estallará
tarde o temprano y conmoverá los cimientos del sistema económico. Cabe
afirmar que el volumen de la deuda pública y la dificultad de corrección
del déficit público representan los problemas más urgentes que tiene en
estos momentos la economía. En su loca carrera propagandística, el
gobierno del PP no ha dudado en proporcionarse unos días de satisfacción
demagógica a costa de aproximarnos unos pasos más al precipicio.
En definitiva, los cambios fiscales modifican regresivamente el muy
injusto sistema fiscal, mantienen intactos las deficiencias del sistema,
con el fraude y los paraísos fiscales como pesadas rémoras, y agravan
el problema amenazante de la crisis financiera del Estado. Muy pronto,
en el mejor de los casos, si no ocurre un gran desastre antes, los
recortes y los ajustes, con sus siniestros efectos sociales, aparecerán
de nuevo en clave de urgencia.
La lucha contra este gobierno, con su política desastrosa y su
desprecio por el porvenir de nuestra sociedad, debe proseguir y cobrar
intensidad si queremos evitar una gran catástrofe.
Madrid, 26 de junio de 2014
Mesa Estatal del FCSM
Mesa Estatal del FCSM
1 comentario:
Creo que errais el analisis en numerosos aspectos.
Igualmente errais la dinamica de actuacion del Estado no el Gobierno. La valoracion, efectivamente, es más que negativa pero pareceis no saber acertar con las razones por la que lo es.
En capitalismo JAMAS habrá caracter publico estatal, y consecuentemente, jamas podrá hablarse justa, legitima y logicamente de deuda publica.
Esa es una de las muchisimas incoherencias que cometeis, a mi parecer, dada la tendencia que habeis cogido a interpretar la realidad economica y social desde la terminologia, ideologia, vision del ENEMIGO y calculo ficticio del valor.
Asi no hay solucion justa ni eficaz.
La realidad se impone frente a cualquier valoracion humana falsaria, por mucho que sean millones de humanos los que crean incorrectamente en la misma.
Asi, la dinamica del capitalismo seguirá y aquellos que la ejercen, viven y experimentan seguirán hablando de las margaritas.
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