El fin del mito del crecimiento continuo

Remedios Copa
Colectivo Prometeo

Frente al mito del crecimiento continuo y el de que el progreso siempre hará que la tecnología vendrá al rescate, cada vez apunta con más fuerza la realidad de los límites del crecimiento y el inminente decrecimiento forzoso.

Cuando se cumplen 50 años de la publicación del libro de Los límites del crecimiento, considerado una de las obras más importantes del Siglo XX, ya advertía de que el planeta tenía límites que debía afrontar con urgencia y llamaba la atención sobre el poco tiempo con el que se contaba para actuar.

Dada la gravedad de lo que se nos viene encima y constatando la cantidad de advertencias que desde finales de los 60 nos hicieron diversos expertos, universidades e instituciones científicas, desborda la comprensión racional el hecho de que los intereses del sistema capitalista cuyo eje es el crecimiento continuo primara sobre el conocimiento y abortara cualquier criterio de raciocinio y sostenibilidad en las políticas gubernamentales. Nada se hizo para evitar el desastre pese a todas las advertencias.

Como dice Dennis Meadows, no se puede sostener el crecimiento abordando los problemas uno por uno y aún en el supuesto de que resolviéramos el cambio climático nos encontraríamos con el siguiente problema de seguir creciendo, ya sea por la escasez del agua, de los alimentos o de otros recursos cruciales. "El crecimiento se va a detener por una u otra razón", afirma Meadows. Y eso ya lo estamos viendo.

Cada vez chocamos más contra los límites del planeta y cada solución aislada propuesta para un problema da lugar a otro; cuando no es por falta de algún insumo imprescindible para la alternativa pensada, es la contaminación que produce o el calentamiento global que genera.

Si llenamos las tierras de cultivo de placas solares para paliar la falta de energía, independientemente de que algunos de sus componentes también son escasos, repercutirá en la reducción de la producción de alimentos; otro problema añadido, como se observó en el Reino Unido, es que las elevadas temperaturas debidas al cambio climático deterioran las placas. Esto es solamente un ejemplo sin entrar en consideraciones como el tiempo de su utilidad o los residuos que se generan. Lo mismo podríamos considerar con respecto a los molinos eólicos, el biodiesel o la obtención y almacenamiento del hidrógeno.

En el escenario estándar de World3 del mencionado libro se preveía que el crecimiento se detendría en torno a 2020 y que todas las variables de producción ya sea de alimentos, industrial o de otra índole, alcanzarían su punto máximo y en unos 15 años comenzarían a declinar inexorablemente.

Para el autor, eso ya está ocurriendo como consecuencia de que el mundo choca contra sus límites. Considera la inflación, la escasez de alimentos o el cambio climático como síntomas de un problema mayor que debe ser abordado en su totalidad. Compara la situación con un cáncer; de nada sirve tratar el dolor si no se erradican todas las células cancerígenas, porque invadirán el cuerpo y llevarán al individuo a la muerte. Seguro que a muchos de ustedes les suenan advertencias de activistas y científicos en el sentido de que estamos al borde de traspasar el punto de no retorno para poder evitar la extinción de nuestra especie y la destrucción de la vida en el planeta.

El problema es que las conclusiones de los científicos inquietan y son denostadas, en unos casos porque admitirlas alteraría la estabilidad en su zona de confort y en otros porque afectaría a sus pingües beneficios; sin embargo, frente a los datos recopilados que dan lugar a las conclusiones de los científicos, los negacionistas eligen las conclusiones más convenientes y en base a esa elección buscan los datos que las respalden. Eso ocurre con los negacionistas del cambio climático, de la pandemia, la toxicidad de los pesticidas, o en cualquier otro ámbito que afecte a intereses o convicciones.

Como vivimos en un sistema en el que el éxito es más fácil de alcanzar para los mejor posicionados y esos viven en su burbuja y desligados de la realidad, con tendencia a acumular cada vez mayor poder y generando mayor desigualdad social, es muy probable que no se tomen las medidas pertinentes hasta que estalle el gran colapso total, que afecte de verdad a todos, porque por ahora quienes ya lo están sintiendo son los más desfavorecidos.